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El impacto de las estelas de los aviones en el cambio climático


Las consecuencias del cambio climático son cada vez más evidentes.

Si bien es cierto que la causa no se le puede atribuir a una sola industria, hay unas que impactan más que otras.

Entre ellas está la industria de la aviación.

No solo por las emisiones de C02 que producen los aviones sino por el ruido y los gases tóxicos que deja el medio de transporte.

Pero más desapercibido ha pasado las estelas blancas que se dibujan en el cielo tras el paso de un aeroplano.

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Las estelas parecen inofensivas pero de acuerdo con un nuevo estudio del Instituto de Física Atmosférica en Alemania, en realidad «han contribuido al calentamiento de la atmósfera más que todo el CO2 emitido por los aviones desde el principio de la aviación”.

Las estelas de los aviones se forman por la misma razón por la que puedes ver tu aliento caliente cuando exhalas en un lugar en el que hace muy frío.

El aire caliente y húmedo que sale de las turbinas del avión se mezcla con la atmósfera, así, el vapor de agua contenido en el chorro de aire se condensa y puede congelarse, formando cristales de hielo.

En ese proceso se forma una nube blanca, llamada cirro o cirrus.

Ahora, las nubes a bajas alturas normalmente funcionan como una barrera que ayuda a filtrar la luz del sol y mantiene las temperaturas bajas.

Pero las nubes generadas por los aviones se comportan de manera distinta.

Son demasiado delgadas para filtrar la luz del sol y en cambio sus cristales sí pueden funcionar como trampas que atrapan el calor.

En el estudio se señaló que «el principal impacto de las estelas cirrus es que, cuando el tráfico aéreo es alto, calientan la atmósfera superior alterando la nubosidad natural».

Este estudio contragolpea contra aquellos que creen que estas estelas son parte de un complot de varios países para rociarnos con químicos o intentar manipular el estado del tiempo.

Todavía hay algunas incertidumbres con respecto al impacto climático general de las estelas pero lo que está claro es que calientan el ambiente.

Cabe resaltar que, según el estudio, para 2050 el impacto causado por esos rastros se habrá triplicado.


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