William Brownfield: «Colombia descuidó la lucha contra las drogas para lograr la paz»
Estados Unidos cree que el Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, descuidó la lucha contra el narcotráfico en los últimos seis años para lograr un acuerdo de paz con las FARC, lo que, a su juicio, ha provocado un alarmante aumento en la producción de cocaína.
El secretario adjunto de Estado de EE.UU. para Seguridad y Lucha Antinarcóticos, William Brownfield, formuló esta consideración durante una audiencia sobre Colombia en una comisión del Senado dedicada a supervisar los programas contra el narcotráfico que el Gobierno estadounidense tiene en otros países.
«Es mi creencia personal que el Gobierno de Colombia y su presidente, un hombre al que admiro y respeto y que durante diez años he considerado un amigo, creo que se concentraron en los últimos seis años abrumadoramente en las negociaciones de paz, en los acuerdos de paz», consideró Brownfield.
«Creo que enfocando su atención en eso, por definición, se enfocaron menos en el tema de drogas y de narcotráfico. Y, además, creo que concluyeron que para llegar a un acuerdo de paz con éxito, ellos necesitaban a las FARC en temas relacionados con las drogas», añadió Brownfield.
Aunque apoyó los acuerdos de paz, criticó la decisión de 2015 del Gobierno de Juan Manuel Santos de acabar con la aspersión aérea de los cultivos de coca, así como su iniciativa para reducir las erradicación manual en áreas controladas por las FARC para reducir las posibilidades de conflicto durante las negociaciones.
Fruto de los acuerdos de paz, firmados en noviembre de 2016, el Gobierno puso en marcha un Programa de Sustitución Voluntaria de Cultivos Ilícitos (PNIS), que beneficiará a 110 familias campesinas y busca sustituir 50.000 hectáreas de cultivos ilegales durante el primer año de su implementación.
El Gobierno de EE.UU. no apoya ese programa de erradicación voluntaria porque las FARC están involucradas en algunas partes de ese proceso y la antigua guerrilla sigue estando considerada por Estados Unidos como una organización terrorista, una designación que implica sanciones para sus líderes.
Al respecto, Brownfield acusó a las FARC de haber «capturado ese proceso» y de impedir, en algunas zonas, que los campesinos negocien individualmente con el Gobierno la sustitución de cultivos.
«Mi creencia es que lo que ha pasado es que las FARC han creado un número de frentes para los cultivadores de coca, y el Gobierno está negociando con esos grupos y no hemos logrado los resultados que queremos», subrayó Brownfield, que aseguró que la antigua guerrilla está creando esa situación en el sur de Colombia.
En el norte, sin embargo, según Brownfield, las negociaciones del Gobierno de Colombia se producen directamente con los campesinos.
«La solución a este problema es saber cómo aislar a las FARC y sacarles de cualquier interacción, ya sea como organización de tráfico de drogas o como supuestamente grupo que ayuda en los esfuerzos para abordar el tema de las drogas», señaló el funcionario.
«La solución a largo plazo -añadió- es usar todos los instrumentos que tenemos, usarlos mejor, colaborar más con los otros actores de la región y encontrar la tecnología y las tácticas para vencerles».
En 2016, los cultivos ilícitos de coca en Colombia alcanzaron la cifra récord de 188.000 hectáreas, con una producción potencial de cocaína de 710 toneladas métricas, según la Casa Blanca.
Varios legisladores estadounidenses han propuesto recortar la ayuda a Colombia debido a ese aumento.
EFE