Venezuela: Maduro y el petro, del dicho al hecho
El pasado Domingo, en el marco de su programa televisivo semanal, el «hombre fuerte” de Caracas, Nicolás Maduro, anunció que Venezuela crearía pronto su propia criptomoneda con miras a blindar su soberanía, subrayando que, de momento, las transacciones financieras del Estado caribeño eran víctimas de un bloqueo. «Esto nos va a permitir avanzar hacia nuevas formas de financiamiento internacional para el desarrollo económico y social del país», dijo el líder chavista. El nombre de la futura divisa digital: petro.
Maduro agregó que el petro estará respaldado por las «reservas de riqueza venezolana en oro, petróleo, gas y diamante»; que se creará un observatorio del blockchain adscrito al Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología –»base institucional, política y jurídica para la criptodivisa»–; y que escuchará las propuestas de la Asociación Nacional de Criptomonedas, uno de cuyos integrantes auguró la desaparición del dinero fiduciario a mediano plazo y recomendó la venta de crudo con base en el petro.
En la Venezuela de hoy, el efectivo escasea y el bolívar, la divisa nacional, se devalúa en cuestión de horas, cuando no minutos. Algunos venezolanos compran bitcoins –la primera y más popular de las criptomonedas– para protegerse de la hiperinflación que azota a su país mientras la mayoría de ellos invierte buena parte de su tiempo en hacer colas con la esperanza de retirar dinero de los bancos y comprar los alimentos o las medicinas que necesitan. ¿Hay motivos para que la noticia del petro los reconforte? ¿Es viable esta divisa digital?
No y no, sostiene el economista Alejandro Márquez Velázquez: «Yo veo difícil que este proyecto de Maduro prospere; todo el mundo está contando con que Venezuela quedará en bancarrota en cualquier instante». El investigador de la Universidad Libre de Berlín acota que, en sí misma, una criptomoneda no es difícil de crear; si consiguiera dólares suficientes para costear los altos niveles de seguridad digital necesarios, el Ejecutivo venezolano podría tener lista la plataforma para hacerlo en menos de un año. Su problema es encontrar a inversionistas dispuestos a comprar bonos de la deuda venezolana o de la deuda de PDVSA.
A juicio de Márquez Velázquez, eso es lo que realmente le interesa a Maduro y a quienes apuntalan su Gobierno: «Ellos no buscan que el petro sustituya al bolívar como moneda nacional, sino vender bonos en petros para eludir las sanciones estadounidenses que prohíben la emisión de deuda venezolana en dólares. Después de eso, Maduro no haría más nada con la criptomoneda local, aparte de venderla en los mercados de tipos de cambio con miras a obtener dólares para cancelar cuentas pendientes y financiar las importaciones».
Cuando Maduro describe el petro como una criptomoneda respaldada por los tesoros del subsuelo venezolano, su estrategia es clara, arguye el especialista: sugerir que esas riquezas constituyen la regla de crecimiento del petro, la ‘garantía’ de que éste no va a generar inflación. «Lamentablemente, Venezuela ya tiene una moneda devaluada y un banco central que ha fracasado en su misión de controlar la inflación. No veo cómo el Gobierno va a lograr ganarse la confianza de los inversionistas extranjeros», esgrime Márquez Velázquez.
El politólogo Ivo Hernández, de la Universidad de Münster, secunda al economista de Berlín. «Ninguna moneda puede basarse en potenciales riquezas, como las enumeradas por Maduro. En los últimos tres lustros, el presidente Hugo Chávez (1999-2013) y su sucesor han sopesado la factibilidad de crear nuevas monedas: primero se habló del sucre y luego le pagaron a Juan Carlos Monedero, del partido español Podemos, para que estudiara las posibilidades de crear otro modelo de moneda común latinoamericana», recuerda el catedrático.
«Su meta es esquivar la lupa puesta sobre el dólar desde 2001, cuando la Ley Patriótica estadounidense impuso que toda transacción en dólares debía estar registrada para prevenir ataques terroristas. Por eso el chavismo ha inventado tantas fantasías. Lo del petro fue un anuncio de un hombre que seguramente ignora aquello de lo que habla; Maduro no dijo nada sobre la teoría de esa moneda ni sobre su convertibilidad real, a pesar de que, en esencia, una moneda no es más que un valor de cambio en relación con otra cosa», señala Hernández.
«A mí me llama la atención que un régimen que se autoproclama socialista muestre tanto entusiasmo por una noción como criptomoneda, concebida por ‘fundamentalistas’ del libre mercado. Fue gente convencida de que el Sistema de la Reserva Federal generaba demasiada inflación la que creó el bitcoin como contrapartida del dólar y los mecanismos, libres de toda intervención estatal, para evitar la inflación. Ese paradigma no cuadra en absoluto con la tendencia al control estatal chavista», comenta Márquez Velázquez.