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Macron busca un punto de inflexión en la crisis libia


Paris (Francia), 25 jul. Emmanuel Macron se ha metido de cabeza en las arenas movedizas del conflicto libio que, tras seis años, amenaza no solo la estabilidad de la región sino que se ha convertido en uno de los centros de operaciones de las mafias que controlan la emigración irregular —y sin respeto alguno a los derechos humanos— a Europa. El presidente francés busca relanzar el diálogo político reuniendo, este martes en las afueras de París, a los dos hombres fuertes del país norteafticano: Fayez Serraj, el primer ministro del Gobierno de unidad nacional apoyado por la ONU, pero que apenas tiene control más allá de Trípoli, y Jalifa Hafter, el poderoso comandante militar que domina el dividido este de Libia.

Aunque el “desafío” último es “construir un Estado capaz de responder a las necesidades fundamentales de los libios y dotado de un Ejército regular unificado bajo la autoridad del poder civil”, según ha declarado el Elíseo, Francia sabe que el camino hasta ahí es muy largo todavía. Macron no busca siquiera que de la cita en la localidad de Celle-Saint Cloud, en las afueras de París, salga un acuerdo en firme a la crisis política, de seguridad y humanitaria que provoca la inestable situación en el país magrebí, sino hallar un mero punto de inflexión en el actual statu quo, una “hoja de ruta” con principios generales pero sin entrar en detalles aún como en cuestiones de reparto de poderes. Si se consigue que de la “iniciativa del 25 de julio” salga un comunicado conjunto de las dos partes hasta hoy enfrentadas, ya se habrá logrado un paso más que en el primer intento, realizado en Abu Dhabi el 2 de mayo, señalan fuentes del Elíseo.

El Gobierno francés considera que el momento es “oportuno” para este intento de hallar un “entendimiento político”, entre otros por el inicio del mandato, esta semana, del nuevo representante especial de la ONU en Libia, Ghassan Salamé, que participará en el encuentro parisino.

“Existe, sin duda alguna, la posibilidad de intentar hacer avanzar las cosas y reunir a los dos protagonistas y de intentar hacerles trabajar en condiciones que podrían permitir facilitar una solución política para Libia”, señalaron fuentes del Gobierno francés bajo condición de anonimato en vísperas del encuentro.

Para ello, Macron se reunirá primero por separado con Sarraj, primero en ser recibido, y con Hafter más tarde, para después celebrar una cita conjunta con los dos hombres fuertes libios en presencia de Salamé. Al término de las reuniones, Macron hará una declaración a la prensa, solo, de acuerdo con la agenda adelantada.

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Hasta el lunes, momento en que el Elíseo confirmó la reunión libia que durante el fin de semana habían adelantado algunos medios, no se había logrado aún acordar un texto conjunto final del encuentro. Aunque no se han adelantado detalles del mismo, sí se conocen sus líneas básicas. La declaración, en caso de conseguir que tanto Serraj como Hafter la firmen, subrayará que en Libia no cabe más solución que una política y se espera que el texto contenga al menos una mención a un principio de alto el fuego en todo lo que no sea la lucha contra el terrorismo.

Además, deberá dejar claro que “a día de hoy, Fayez Serraj es el representante legítimo de Libia”, el jefe de Gobierno que apoya tanto París como Naciones Unidas, según el Elíseo. Aunque, tal como subrayó en una entrevista en Le Mondeel mes pasado el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, que durante el anterior Gobierno socialista dirigió la cartera de Defensa, el mariscal Hafter “forma parte de la solución” y habrá que buscar una forma de integrarlo. Los esfuerzos de París se basan, según el Elíseo, en las declaraciones del propio Serraj que mencionó la posibilidad de celebrar elecciones anticipadas el año que viene, algo que se considera podría ser tomado como punto de referencia para destrabar la crisis política en los meses próximos.

Se trata de buscar “una hoja de ruta con principios muy claros sobre las elecciones, sobre aspectos de seguridad, cuestiones políticas y económicas”, pero sin entrar todavía en detalles como por ejemplo sobre el reparto de funciones y de poderes, resumen los implicados en las negociaciones.

El Gobierno francés ha subrayado que su iniciativa se inscribe bajo la hoja de ruta de Naciones Unidas y que ha estado en contacto constante con otros países implicados, especialmente Italia, en el proceso. No obstante, a Roma no le ha gustado la noticia del encuentro parisino, que siente le aparta de un proceso en el que hasta ahora había llevado la iniciativa. “Macron quiere involucrarse en Libia y eso está bien, pero nos ha dejado de lado. No fuimos consultados”, dijo un diplomático del Ministerio del Interior italiano a la agencia Reuters. El Elíseo ha sido sin embargo enfático a la hora de asegurar que “respeta” profundamente la relación entre Italia y Libia y que ha habido consultas “muy estrechas” con Roma en vísperas de la cita de este martes, que además, aseguran, no excluye otros esfuerzos, sino que busca apuntalarlos.


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