El 1º de mayo de cada año se conmemora el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los «Mártires de Chicago», sindicalistas que fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha para mejorar las condiciones laborales.Actualmente, en ese día las empresas exaltan la labor del empleado dándole el día libre, pero, ¿será que esto reivindica las condiciones laborales que les brindan? Porque la gran mayoría de la población colombiana trabaja 8 horas diarias para ganar el salario mínimo legal vigente.
Para los barranquilleros que ganan $925.148 cop, el salario mínimo, y tienen un empleo fijo en el tan competitivo mercado laboral, la vida, paradójicamente, se convierte en una batalla de números, cuentas, restricciones y hasta dolores de cabeza. En Barranquilla el 65,1% de la población trabaja, siendo alguno de éstos padres de familia, mujeres cabeza de hogar, jóvenes que anhelan progresar y buscar un futuro diferente pero que finalmente se ven obstaculizados por el llamado «gota a gota», y no son los paga diario, sino el tren de necesidades que está en camino para volver efímera las oportunidades de soñar.
A pesar del aumento del 6% en el salario mínimo, en comparación al año 2018 y el 10% en los transportes, para los barranquilleros que viven en esta situación, ahorrar les ayuda a suplir todas sus necesidades, pero no por gusto sino las básicas. En cuanto a la alimentación, ésta se basa en una compra diaria en la tienda del barrio. Por otro lado la vivienda y los servicios van de aumento en aumento de acuerdo a la localidad de la ciudad. Y finalmente el auxilio de transporte es de $97.032 cop, lo que equivale diariamente a $3.130 cop para transportes, cuando dos pasajes de bus, como mínimo, equivale a $4.400 cop. Entonces, prácticamente en Colombia se conmemora el Día del Trabajador con un día libre pero, ¿no se contempla la posibilidad de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores que subsisten, no viven, con un sueldo mínimo?
