Kim Jong-un: el misil fue un «regalo» para los «bastardos estadounidenses» por el 4 de julio
Fiel a su estilo provocador, el dictador norcoreano envió este miércoles su propio mensaje a la comunidad internacional a través de la agencia de noticias estatal KCNA. «Los bastardos estadounidenses no estarán muy contentos con el regalo enviado para el aniversario del 4 de julio», Día de la Independencia en el país norteamericano, dijo el dirigente según la agencia refiriéndose al nuevo misil intercontinental lanzado este martes. «Debería enviarles regalos de vez en cuando para ayudarles a salir de su aburrimiento»; agregó
KCNA también señaló que el proyectil es capaz de transportar «una cabeza nuclear grande y pesada» que puede sobrevivir a la reentrada en la atmósfera terrestre después de haber salido al espacio. Sin embargo, aunque analistas y científicos de todo el mundo reconocen los avances logrados por Pyongyang en los últimos tiempos en este campo, la gran mayoría duda de que el país disponga ya de la tecnología necesaria para miniaturizar una ojiva nuclear que pueda ser instalada en estos proyectiles o que pueda garantizar que el misil entre sin sufrir daños en la atmósfera.
De acuerdo con KCNA, Kim aseguró que la confrontación con EEUU ha entrado en su «etapa final» y que su país no negociará el cese de sus programas nucleares y balísticos «a menos que la política hostil e EEUU y las amenazas nucleares acaben completamente».
Los analistas consideran que la posesión por parte de Pyongyang de un ICBM, algo que Trump prometió que nunca sucedería, representa todo un hito para este país y le dota de una herramienta poderosa que altera los cálculos de fuerzas a la hora de negociar con él o de tratar de impedir su avence militar.
No en vano, el lanzamiento del misil Hwasong-14 de ayer, que alcanzó una altura de 2.802 kilómetros cubrió una distancia de 933 kilómetros, demuestra que el país asiático podría alcanzar suelo de EEUU. «Si las estimaciones son correctas, podría alcanzar una distancia máxima de 6.700 kilómetros en una trayectoria estándar», escribió en su blog David Wright, codirector de la Unión de Científicos Concienciados. «Esto no sería suficiente para llegar a los 48 estados más bajos de EEUU o a las mayores islas de Hawai, pero le permitiría alcanzar toda Alaska».
Por su parte, Estados Unidos y Corea del Sur aumentaron la tensión en la península coreana con una demostración de fuerza que respondía al exitoso ensayo. En un ejercicio conjunto, las fuerzas militares de ambos países pusieron a prueba sus propios misiles con unos «disparos de precisión», un recordatorio del «inquebrantable compromiso» de Washington por defender a sus aliados en la zona frente «contra la creciente amenaza» norcoreana.
Los dos países realizaron múltiples lanzamientos de miles en dirección al Mar de Japón, entre ellos el modelo balístico surcoreano Hyunmoo-21 y el táctico estadounidense ATACMS, según dijo un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano a la agencia Yonhap. Estos ensayos se llevaron a cabo por orden del presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, quien dijo que la provocación de su vecino del norte «nos obliga a reaccionar con algo más que una declaración» y que «necesitamos demostrar claramente nuestra preparación de defensa contra misiles», según el comunicado emitido por la oficina presidencial.
Antes, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, confirmó que Pyongyang había llevado a cabo su primera prueba de un ICBM y pidió una acción global contra el régimen comunista. «EEUU condena firmemente el lanzamiento de un misil balístico intercontinental por Corea del Norte. Esta prueba representa una nueva escalada en la amenaza hacia EEUU, nuestros socios y aliados, la región y el mundo», aseguró en un comunicado. Para rematar, aseguró que su país «nunca aceptará una Corea del Norte con armas nucleares».
Tillerson dijo que Washington buscará «medidas más fuertes» en el Consejo de Seguridad de la ONU para castigar su último desafío y advirtió que cualquier país que acoja a trabajadores de Corea del Norte, que le preste ayuda económica o militar o que no aplique las sanciones promovidas por la ONU está «ayudando a fomentar un régimen peligroso».
También hoy, el ministro de Defensa surcoreano, Han Min-koo, confirmó que se trataba de un ICBM, y lo identificó como una versión mejorada del misil Hwasong-12. A juicio de su equipo, el rango de alcance del proyectil se sitúa entre los 7.000 y 8.000 kilómetros, pero no han encontrado evidencias definitvas que prueben su capacidad de reentrada en la atmósfera.
Está previsto que este miércoles el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna de emergencia a puerta cerrada para tratar sobre cómo responder a este nuevo desafío, un encuentro en el que EEUU y otros países trataran de acordar medidas más duras contra el régimen comunista. «Esta acción supone otra violación descarada de las resoluciones del Consejo de Seguridad y constituye una escalada peligrosa de la situación», señaló el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al codenar el lanzamiento del misil de Corea del Norte.
Este será también el tema central que tratará Trump con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la reunión que mantendrán en el marco de la cumbre del G20 que comienza este viernes en Hamburgo (Alemania). Precisamente, el mandatario ruso y el presidente chino, Xi Jinping, de visita por Moscú, acordaron promover una iniciativa común para tratar de arreglar el conflicto coreano, que implicaría la congelación del programa armamentístico de Corea del Norte y el fin de las maniobras militares de EEUU y Corea del Sur, vistas como un ensayo de invasión por Pyongyang.