El Ébola volvió arrasando con la República Democrática del Congo
El Ébola es un virus que se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provocando fiebre hemorrágica y alcanzando una tasa de mortalidad del 90 % si no es tratado a tiempo. En la última semana se han detectado una media de 20 nuevos casos cada día en la República Democrática del Congo, la epidemia se está expandiendo rápidamente sin control, pues el brote azota dos provincias del noroeste del país dejando ya 970 muertos en 1.480 casos de la enfermedad, según los últimos datos divulgados por el Ministerio de Sanidad congolés.
En el país se encuentra la Organización Mundial de la Salud (OMS) y organismos como Médicos Sin Fronteras que enfrentan un duro panorama debido a que al menos la mitad de los fallecimientos se está produciendo en el seno de la comunidad o en hospitales que no están preparados para hacer frente a esta enfermedad, lo que multiplica el riesgo de contagios, tanto entre la población como entre el personal sanitario, que ha sufrido el 10% de los fallecimientos, según datos del Ministerio de Sanidad congolés.
Today I returned from my trip to Butembo, #DRC, with @MoetiTshidi to express our solidarity with our colleagues from @WHO and partners on the front lines of the #Ebola response, following the senseless killing of Dr Richard Mouzoko. Our statement: https://t.co/bgsbk8SHCL pic.twitter.com/KkvdJhcCpU
— Tedros Adhanom Ghebreyesus (@DrTedros) April 30, 2019
John Johnson, coordinador de emergencias de Médicos sin Fronteras, asegura desde la provincia de Kivu del Norte que están “en un periodo muy inquietante de pérdida de control del brote, con un notable incremento de las zonas de salud afectadas”.
La Organización Mundial de la Salud estaba al tanto de la situación, pero decidió que el último brote del mortal virus del Ébola en la República del Congo aún no era una emergencia mundial de salud, a pesar de que este brote es el segundo peor de la historia del país, desde que se descubrió la enfermedad en 1976. La epidemia es la segunda más grave que se ha producido en África, tras la de 2014 a 2016, en la que fallecieron más de 11.000 personas, sobre todo en Guinea, Liberia y Sierra Leona.
