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Bomba H de Corea del Norte fue tres veces más potente que la bomba de Hiroshima


El régimen de Corea del Norte completó este domingo su sexto y más potente ensayo nuclear, según ha confirmado el gobierno norcoreano a través de un comunicado en la televisión estatal norcoreana KCTV. Pyongyang ha asegurado que el ensayo con una bomba H ha sido un «éxito total» y que dicha bomba puede ser instalada en uno de sus misiles balísticos intercontinentales (ICBM), lo que de confirmarse supondría un importante y peligroso adelanto en sus capacidades militares.

Esto supone cinco veces más que la última prueba nuclear realizada por Pyongyang en setiembre del año pasado y tres veces más que la bomba estadounidense que destruyó la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945.

Se trata del sexto ensayo atómico norcoreano y ha sido el mayor hasta la fecha, según reflejan las mediciones sismológicas de diversos organismos que detectaron el fuerte terremoto artificial causado el domingo por la supuesta detonación de un artefacto termonuclear al noreste del país asiático.

Seúl calculó inicialmente la potencia de la detonación en 100 kilotones, aunque hoy la rebajó a la mitad, en un informe presentado por el Ministerio de Defensa al parlamento surcoreano y recogido por la agencia Yonhap.

Japón, por su parte, situó la fuerza en unos 70 kilotones, según dijo el ministro nipón de Defensa, Itsunori Onodera, mientras que el centro sismológico noruego Norsar la estimó en 120 kilotones.

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Pese a las divergencias en las mediciones, los expertos coinciden al señalar que Corea del Norte ha mejorado sensiblemente sus capacidades nucleares al lograr al menos quintuplicar la potencia de su anterior aparato, probado el 9 de setiembre de 2016.

Aún serán necesarias más mediciones, además de recoger posibles muestras de materiales radiactivos emanados del lugar de las pruebas, para determinar si Pyongyang ha logrado en efecto desarrollar una bomba H, tal y como anunció el régimen el día del ensayo a través de sus medios oficiales.

Tampoco está claro si Corea del Norte es capaz de equipar a uno de sus misiles intercontinentales con uno de estos artefactos termonucleares de tamaño reducido, como el que probó supuestamente el régimen el domingo unas horas después de mostrarlo en unas fotos donde también aparecía el líder Kim Jong-un.

Pyongyang afirmó que se trató de un aparato de «dos etapas», lo que le concedería más potencia que las bombas nucleares convencionales, y señaló que ha desarrollado una tecnología propia para adaptar su potencia «desde decenas hasta centenares de kilotones», según un comunicado recogido por la agencia estatal KCNA.

Tras el intenso sismo originado el domingo por la detonación del artefacto nuclear, de más de 6 grados Ritcher, varios institutos sismológicos detectaron un segundo terremoto de menor intensidad (en torno a 4 grados Ritcher), unos ocho minutos después del primero.

Este segundo temblor pudo deberse al derrumbe de alguna de las galerías subterráneas u otros «daños estructurales» en la base de pruebas nucleares de Punggye-ri, donde Corea del Norte ha ejecutado sus seis pruebas nucleares, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

El del domingo fue el sexto ensayo nuclear del hermético país asiático tras los realizados en 2006, 2009, 2013 y los dos de 2016, y llega tras un frenético período de ensayos armamentísticos desde comienzos de año que incluyen el lanzamiento exitoso de catorce misiles balísticos.

 

Condenan el ensayo atómico

El nuevo ensayo de Corea del Norte supone un desafío directo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que horas antes había hablado por teléfono con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, sobre la «escalada» de la crisis nuclear en la región. Japón y Corea del Sur condenaron con firmeza el ensayo, ejecutado en la misma semana en que un misil balístico norcoreano sobrevoló el archipiélago nipón y cayó en el Pacífico, y señalaron que están en contacto con Washington para convocar una nueva reunión de Seguridad del Consejo de Seguridad de la ONU y tratar de aislar aún más a Pyongyang.

Pekín, el principal aliado del régimen norcoreano, también expresó su «condena enérgica» y su «firme denuncia» al nuevo desarrollo armamentístico, mientras que Moscú lo calificó de «seria amenaza para el mundo» e insistió en que todas las partes implicadas en el conflicto en la península coreana deben volver al diálogo.

 


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