«71% del acuerdo de paz implica transformaciones del Estado» María Ángela Holguín
Copenhague, 15 jun.- La canciller colombiana, María Ángela Holguín, y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», reconocieron hoy en Oslo que el proceso de paz atraviesa por dificultades a raíz del reto que supone poner en práctica un acuerdo tan complejo.
«Estamos en una fase muy difícil, un momento muy delicado, no solo por los problemas para implementar el acuerdo, sino también por la cercanía de la campaña electoral, donde todo es posible y se puede prometer todo. Pero estamos comprometidos», afirmó Holguín en una charla abierta en la Casa de la Literatura de Oslo.
La jefa de la diplomacia colombiana destacó que el 71 % del acuerdo implica transformaciones del Estado, así como labores de desminado y sustitución de cultivos para acabar con la «ingente» producción de coca, lo que supone un reto considerable.
El líder guerrillero aludió a que el proceso está en una fase «complicada» y que la hoja de ruta fijada en el acuerdo de noviembre de 2016 no es fácil, de ahí que sea necesario «más confianza y hechos», dijo en la charla, transmitida por la web del Gobierno noruego.
Holguín y «Timochenko» autorizado por el Gobierno Nacional a viajar a Noruega por invitación de este país han participado en el Foro de Oslo, una iniciativa del Gobierno del país nórdico y que ha reunido a un centenar de representantes políticos y mediadores en conflictos.
Ambos coincidieron en señalar el papel preponderante de las víctimas como uno de los aspectos más innovadores del proceso colombiano, lo que ha permitido «humanizar» el acuerdo.
Las víctimas «necesitan saber la verdad para reconciliarse con su pasado y seguir adelante», insistió la ministra.
«No se trató de venganzas ni de rendir cuentas, sino de curar las heridas en ambos lados», afirmó Londoño, quien admitió que ese aspecto fue uno de los más complejos durante la negociación, solo comparable al modelo que se discutió sobre justicia transicional.
Holguín lo calificó de «una forma muy digna de lograr una solución» y de «equilibrado» en un conflicto con una guerrilla activa durante décadas y rechazó que asegure la impunidad, como afirman algunas voces en Colombia, ya que se ha creado una corte específica que va a analizar todos los casos.
El asesor jurídico de las FARC, Enrique Santiago al que Londoño cedió la palabra, resaltó por su parte que el modelo es respetuoso con las convenciones internacionales y que garantiza el derecho a la reparación, además de ser un sistema «más duro» que el del acuerdo de desmovilización de paramilitares en 2005.
Tras intentos frustrados anteriores y una dura ofensiva militar de las autoridades, el Gobierno y las FARC constituyeron en octubre de 2012 la mesa de negociaciones en Noruega, para luego trasladarla a Cuba, los dos países que ejercieron de garantes del proceso.
Londoño, que admitió dudas iniciales, señaló el papel del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y la elección de Cuba como garante de «decisivos», y en el plano personal agradeció al presidente Juan Manuel Santos que le enviara una carta manuscrita después de haber sufrido un infarto en La Habana en medio de las negociaciones.
Holguín y el líder de las FARC admitieron que no hay vuelta atrás en el proceso de paz.
El ministro de Exteriores noruego, Børge Brende, que ejerció de moderador, calificó de «histórico» que Holguín y Londoño se hayan reunido fuera de Colombia por primera vez desde la firma del acuerdo y destacó la «valentía» y «liderazgo» de ambas partes.
Santos fue galardonado el año pasado con el premio de la Paz por el Comité Nobel noruego. EFE