Gallo Mauricie puede cantar victoria tras ganar el juicio que enfrentaba
Aunque parezca una historia sacada de un cuento, el gallo Maurice ganó el juicio que enfrentaba tras ser acusado de cantar muy temprano.
El curioso hecho ocurrió porque el cacareo de alba molestaba a una pareja de jubilados, dueños de una residencia en la isla de Oléron, en el suroeste de Francia.
Esta sentencia es considerada como una victoria para las tradiciones rurales en Francia.
«Maurice ganó y los demandantes tendrán que pagar a su propietaria 1.000 euros por daños y perjuicios», declaró Julien Papineau, abogado de la propietaria del ave, Corinne Fesseau.
Un artículo en el New York Times, camisetas con el lema «Let me sing» (déjenme cantar) y hasta una petición para «salvar a Maurice», que consiguió más de 140.000 firmas, fueron las actividades masivas que convirtieron a Maurice en un símbolo de la Francia rural amenazada.
Si bien la dueña del gallo argumentó que nunca antes había recibido quejas por el cacareo de Maurice, el abogado Vincent Huberdeau, que representa a los demandantes dijo que «no es un juicio de la ciudad contra el campo, es un problema de perjuicio sonoro. El gallo, el perro, la bocina, la música (…) se trata de un caso sobre el ruido».