Mientras la Fed anunció el por qué su recorte de tasas del banco central no debía ser visto como el inicio de un largo ciclo de bajas, los mercados de acciones de Estados Unidos perdían valor a una ritmo de más de 25.000 millones de dólares por minuto.
El asunto puso en duda uno de los mantras más antiguos del manual de Wall Street: «No luches contra la Fed».
Sin embargo, por primera vez desde la crisis financiera, los miembros con derecho a voto en el banco central parecieron estar en desacuerdo con su interpretación de los datos financieros, lo que dejó a los inversores tratando de adivinar qué factores mirará la Fed en sus futuras decisiones.
Mientras el presidente Donald Trump, ha estado criticando a Jerome Powell, presidente de la Fed, por no reducir las tasas de interés lo suficientemente rápido, Powell ha dicho repetidamente que el banco central tomas sus decisiones de manera independiente de los mercados y de la Casa Blanca.
Con la Fed dividida en momentos de un desempleo en mínimo de décadas y otras señales de que la economía estadounidense sigue expandiéndose, los gestores de carteras de renta fija y acciones dijeron contar con muy pocas pistas para anticipar el próximo movimiento del banco central más poderoso del mundo.