En Dubái, suelen concentrarse demasiado en la economía del mañana y poco en la del pasado reciente. Mientras construye el Museo del Futuro para inaugurarlo el año que viene, el centro financiero de Medio Oriente todavía no informó cómo le va a su producto interno bruto desde 2017, ¿por qué?
Aunque Dubái publicó datos trimestrales de su PIB a mediados de 2018, ahora la página de cuentas nacionales de la ciudad, solamente tiene la lista de lecturas anuales hasta 2017. También provee algunas otras cifras, como la inversión extranjera directa y la actividad de la construcción, pero tampoco se actualizan hace dos años.
Las cifras consideradas básicas en otros lugares, como las ventas minoristas y de autos hasta la producción industrial, faltan.
La falta de una lectura precisa de la economía de US$106.000 millones deja a inversores y empresas, que ya fueron golpeados el año pasado por el peor desempeño accionario del mundo, sin un convencimiento o perspectiva económica de la ciudad, por lo que les cuesta mucho tomar decisiones de inversión concentrados en acciones individuales.
No hay motivos claros para esta escasez de datos. Nadie en el centro de estadísticas y la oficina de medios del emirato respondió pedidos de comentarios.
Lo cierto es que esta economía poco transparente implica que el mercado se mueve en una esfera más vulnerable, llena de rumores y distorsiones, además de convertirse en un problema y retraso económico, porque es casi como volar a ciegas.
