Las 4 creencias que te llevan al fracaso financiero
En la vida hay creencias limitantes que hacen que muchos empleados vivan presos de una vida profesional rutinaria y no se atreven a plantearse otras formas de desarrollarse. Llevando ésto al mundo financiero y económico, esa persona lleva una vida irremediablemente pobre, en cuanto al lado material de la vida. Pero esto no tiene que ser así. Ser empleado o asalariado no significa que debes de tener una mente perdedora.
Hay asalariados que tienen una gran vida profesional, llena de experiencias, desarrollo y un salario que les permite tener estabilidad financiera. Pero, hay que ser sinceros, en la mayoría de casos, ser asalariado significa depender de un sueldo, una empresa, otra persona y así sigue la lista. Crear algo positivo, valioso y único si es posible pero existen cuatro creencias que demuestran una vida sin dinamismo y emoción. Cabe resaltar que el foco es señalar el sector financiero pero éstas también afectan al individuo, en cuanto a su capacidad para sentirse realizado.
- «Necesito eso ya»: Una de las creencias limitantes más irritantes es la prisa. El ser humano en pro de tener y tener cosas, toma decisiones impulsivas y ésto provoca destrozos en las finanzas personales.
- «Los empresarios son malas personas»: El prejuicio contra los empresarios es una de las creencias limitantes más arraigadas y que más perjudican al ciudadano medio. Porque, lógicamente, si la percepción que tienes sobre un empresario es tan negativa, va a ser difícil que quieras convertirte en uno de ellos.
- «Necesito un montón de dinero para fundar una empresa»: Este es un gran mito. No es cierto que para crear un proyecto empresarial sea necesario mucha financiación, en realidad depende en gran medida de lo que quieras hacer y cómo.
- «Tener una buena vida es cuestión de suerte»: Todo lo que haces durante el día va trazando un camino invisible que atrae una serie de experiencias, conocimientos y valores. Las personas con una mentalidad perdedora se suelen centrar en los eventos, mientras que los ganadores se fijan mucho más en los procesos.
No debemos confundir la mentalidad perdedora con ser asalariado.