Se cumplieron todos los pronósticos: la selección de Estados Unidos es la campeona del Mundial Femenino de Fútbol de Francia. Se trata del cuarto título de la historia y el segundo consecutivo para las estadounidenses, que ya se habían consagrado en la edición pasada.
En la final, el equipo de Jill Ellis derrotó por 2-0 a Holanda en Lyon. Los goles fueron de Megan Rapinoe, a partir de un penal sancionado con intervención del VAR a los 15 minutos del segundo tiempo, y de Rose Lavelle.
Estados Unidos tomó la iniciativa y se paró en campo rival en el comienzo. Las dirigidas por Jill Ellis apostaron a una alta presión, aunque en los primeros minutos no lograron tener profundidad en sus ataques. Holanda esperaba y buscaba salir de manera veloz, aunque no encontraba los caminos para hacerlo.
El primer gol llegó en el complemento, cuando Stefanie van det Gragt fue a marcar a Alex Morgan con la pierna alta y le pegó una patada en el hombro. La delantera estadounidense cayó y, segundos después, la árbitra Stéphanie Frappart revisó la acción con el VAR. Luego de verla en las pantallas, cobró el penal que Megan Rapinoe cambió por gol para decretar el 1-0.
La apertura del marcador cambió la tónica del partido. A las vigentes campeonas se les abrió el partido y rápidamente lograron el 2-0. Rose Lavelle se despachó con una gran jugada individual que cerró con un remate esquinado.
Con un lleno total, 57.900 espectadores en las gradas, asta el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, se dio cita en el lugar y estuvo acompañado por el presidente de la FIFA, Gianni Infantino. La final fue emotiva y estuvo a la altura de un torneo que marcó un antes y un después para la disciplina,