¿Escribir con la mente y escuchar con la piel?… ¡Esto es lo que Facebook planea!
En una oficina de Menlo Park, California, un grupo de 60 ingenieros trabaja en «productos imposibles» que podrían cambiar el rumbo de Facebook y la manera en la que se comunican las personas.
Es el Building 8, un equipo de expertos reclutados por Facebook cuya misión es desarrollar productos que puedan definir nuevas categorías a través de la realidad aumentada, la realidad virtual, la inteligencia artificial y la conectividad, dirigído por Regina Dugan, exdirectora de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) y responsable del grupo de Tecnología Avanzada y Proyectos (ATAP) en Google. «Trabajamos rápido, con plazos cortos y estrictos», dice la compañía en la página de empleo de Building 8. «Establecemos y desarrollamos acuerdos con universidades, pequeñas y grandes empresas, y fijamos objetivos claros para transformar nuestros progresos en productos que puedan ser distribuidos a gran escala».
¿En qué trabaja este grupo de ingenieros expertos presentado en 2016 por Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook?
Se trata de una interfaz de comunicación que solo usa el cerebro y un dispositivo que permite escuchar a través de la piel.
Escribir con la mente…
Dugan, líder de la iniciativa, define estos proyectos como «interfaces de diálogo silenciosas», que unen la conveniencia de la voz y la privacidad de la comunicación escrita. Y así lo explicó en su cuenta de Facebook:
https://www.facebook.com/ReginaEDugan/posts/343078239427954
En dos años, Building 8 demostrará la posibilidad de escribir cien palabras por minuto con nuestro cerebro al traducir la actividad neuronal dedicada al lenguaje en bytes que pueda interpretar un ordenador personal o un teléfono inteligente, dice en su página de Facebook.
No solo es más rápido que escribir con los dedos (cinco veces más en promedio), sino que facilita el uso de interfaces a las personas que sufren algún tipo de parálisis o impedimento.
Aunque solo lleva seis meses trabajando en el proyecto, el equipo ya colabora con 17 universidades estadounidenses y grupos de especialistas en aprendizaje automático, desarrollo de sistemas de neuroimagen óptica de alta resolución y prótesis neurales.
La clave del proyecto es que Facebook pretende, en el futuro, transformarlo en un producto de escala global, producido en masa y sin necesitar de intervención previa. Por lo tanto, no requerirá de la implantación de electrodos en el cerebro, ya que las señales serán transferidas a través de dispositivos wearables.
Dugan subraya en su texto que el dispositivo solo transforma en palabras lo que la persona ha decidido decir: «Al igual que tomas muchas fotos y solo compartes unas pocas, piensas muchas ideas y solo comunicas algunas. Son estas palabras, que has decidido enviar a través de las partes del cerebro que controlan el lenguaje, las que pretendemos convertir en texto».
El éxito de sus investigaciones podría definir el de la realidad aumentada, uno de los objetivos de Facebook en la próxima década. Unas gafas de apariencia normal que muestren información y dibujen elementos virtuales sobre el mundo real, podrían atraer al gran público si se gobiernan a través de la mente, sin la necesidad de usar mandos lentos u otras interfaces que dificulten su uso en el desarrollo de las tareas cotidianas.
¿Escuchar a través de la piel?
¡Esto es lo que Facebook planea! Son prototipos que imitan el funcionamiento del canal auditivo: captan las diferentes frecuencias de los sonidos del entorno y las transforman en señales que enviar al cerebro. Se mostró un experimento en el que el sujeto fue capaz de desarrollar un vocabulario de nueve palabras a través de referencias captadas por su piel gracias a un sensor en la manga de su camisa.
Neil Shah, analista de la industria tecnológica y director de investigación para Counter Point, expresa al respecto: «El próximo gran mercado es el ‘Big Data’ tratado por redes neuronales de inteligencia artificial diseñadas para conocer más del usuario y entender sus preferencias para bombardearlo con publicidad acorde a gustos o desarrollar un elaborado perfil que vender a los anunciantes». «Todo va en esa dirección, y Facebook ahora pretende conectarse directamente a nuestro cerebro. Es algo innovador, pero también asusta».
La compañía aseguró a TechCrunch que formará un grupo independiente para supervisar las implicaciones éticas, legales y sociales de su «interfaz cerebral». Dugan dice que todo el desarrollo está regido a los mismos estándares que emplean los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) o los organismos gubernamentales que financian su trabajo, por lo que ya se están trabajando con juntas institucionales que supervisan los progresos.
«Lo importante no es tanto que la tecnología pueda leer tus pensamientos, sino que no lo pueda hacer sin tu consentimiento», dice Borja Adsuara, abogado experto en Derecho y Estrategia Digital. «La legislación tendrá que contemplar las especificidades de las nuevas tecnologías que emerjan como esta, pero seguirán sirviendo los conceptos y principios generales del Derecho, que no han cambiado mucho desde Roma hasta nuestros días».