El Asma es una enfermedad que tiene múltiples manifestaciones que se produce por una inflamación crónica de la vida aérea, que se caracteriza por la presencia de un silbido en el pecho, sensación de ahogo, presión en el pecho y tos diferente intensidad y características.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en la actualidad hay 235 millones de pacientes con asma y señalan que a menudo no se diagnostica correctamente ni reciben el tratamiento adecuado.
Dentro de esta enfermedad existe una clasificación:
Asma alérgica: esta es la más fácil de reconocer, por lo general se inicia en la infancia y está relacionada con la rinitis alérgica, comida o medicamentos.
Asma no alérgica: este tipo de asma es más frecuente en adultos y está relacionada con alergias.
Asma de inicio tardío: se inicia en la adultez, tiene mayor frecuencia en las mujeres, no es alérgica y su tratamiento es más difícil.
Esta enfermedad debe ser diagnosticada por un o especialista, ya que vivir sin un diagnóstico puede hacer más complicada la enfermedad y el no controlarlo puede ocasionar graves cambios en la función pulmonar. Uno de los problemas más comunes sea que exista un diagnóstico o no es el mal uso del inhalador.
Es importante saber que si sospecha de asma debe acudir a un especialista, porque esta enfermedad mal controlada tiene fenómenos inflamatorios que persisten a largo plazo y se pueden obstrucciones no reversibles.