Uno de los jugadores más influyentes en la NBA, que lo es no solo por su rendimiento deportivo, es LeBron James. En medio del conflicto de la NBA y China, la estrella de Los Angeles Lakers fue acusado de hacer la vista gorda sobre la represión en el país asiático, tras criticar al ejecutivo de los Houston Rockets por enojar al país asiático con un tuit “desinformado” en apoyo de los manifestantes pro-democracia de Hong Kong.
LeBron dijo a los periodistas que el Daryl Morey, gerente general de los Rockets, “no estaba al tanto” de lo acontecido en Hong Kong y debería haber mantenido la boca cerrada. “Muchas personas podrían haber sufrido daños, no solo financieros, sino también físicos, emocionales y espirituales. Así que tengamos cuidado con lo que tuiteamos, decimos y hacemos”, declaró el de los Lakers.
Luego, sin mucho éxito, trató de aclarar en Twitter que se refería a que el directivo no había calculado, seguramente, las consecuencias que podrían tener su mensaje. Para ese entonces ya había polvareda mediática y se desató la barbarie: críticas de los aficionados, artículos muy duros en una prensa en la que se llegó a decir que era el “momento más deshonroso” de la carrera de LeBron y sus camisetas incendiadas en las calles de Hong Kong.
Los manifestantes, que eran aproximadamente 200, también lucían caretas con la cara llorando de un jugador que en los últimos años ha sido el gran motor de varias de las modificaciones en la NBA. “La gente está enojada”, dijo James Lo, un diseñador web que dirige una página de aficionados de Hong Kong en Facebook, en diálogo con AP.
La relación entre China y la NBA atraviesa su peor momento después de los comentarios en las redes sociales que hizo Daryl Morey, donde apoyaba a los manifestantes de Hong Kong. Por ese motivo, los Rockets podrían perder hasta unos 25 millones de dólares para esta campaña, según explica el The New York Times. Nike ha llegado a retirar las prendas de los Rockets de las tiendas de China.