La devaluación del bolívar parece no tocar fondo. De acuerdo a la página de internet dolartoday.com, la moneda venezolana se cotizaba ayer en el mercado paralelo a 21.105 unidades por dólar, lo que significa una devaluación de 567% durante el 2017, ya que comenzó el año en 3.164 bolívares.
Y aunque para las personas que cambian bolívares por pesos en Cúcuta esto podría ser motivo de preocupación, el gremio ya vivió lo que era ver convertido el bolívar, que por allá por 1982 se llegó a pagar hasta 17 pesos por unidad, en casi un papel sin ningún valor.
Tanto que a comienzos de este año, cuando el billete de más alta denominación era el de 100 bolívares y se necesitaban cajas, costales y morrales para transportarlos, estos empezaron a ser pesados y no contados en las casas de cambio de la ciudad: un millón de bolívares en billetes de 100 pesaban 11,26 kilos.
Ayer, el bolívar se compraba en las calles de Cúcuta a 18 centavos de peso, con una devaluación similar a la del dólar.
El gremio de cambistas de divisas de la ciudad (Asocambios) recuerda que en el 2008 el presidente Hugo Chávez, para disimular la devaluación de su moneda, decidió poner a circular el bolívar ‘fuerte’, al cual le fueron eliminados como por arte de magia tres ceros.
Los ‘cambistas’ cucuteños vivían haciendo cuentas entre el bolívar ‘fuerte’ y el ‘débil’, hasta que la devaluación de la moneda venezolana llegó a un punto en que el ‘débil’ comenzó a valer menos de un centavo de peso.
Entonces, en Cúcuta se empezó a contabilizar solo el bolívar ‘fuerte’, que en el 2013, tenía un precio de 350 pesos en promedio, pero en el imaginario popular de la frontera el bolívar ‘débil’ sigue mandando y por esto es común oír en los supermercados a los venezolanos haciendo cuentas que 20.000 pesos colombianos son 100 millones de bolívares, cuando en el papel equivalen a 100.000 bolívares.
Por este motivo, los nuevos billetes con denominaciones más altas, hasta de 20.000 bolívares, para la gente, en realidad, son 20 millones de bolívares.
A pesar de que el Gobierno venezolano repite que la depreciación de la moneda se debe a una ‘guerra económica’ que se libra desde Estados Unidos y Cúcuta a través de dolartoday.com, para los ‘cambistas’ cucuteños la realidad es muy sencilla: nadie quiere tener bolívares en su bolsillo.
La cantidad de billetes que traen las cerca de 40.000 personas que pasan diariamente a comprar alimentos y medicinas a Colombia no hay a quién vendérselos después.
¿Y los venezolanos que trabajan en Cúcuta y mandan dinero a Venezuela en Bolívares? “No alcanza porque es gente que máximo envía el equivalente a 100.000 pesos mensuales, que son tres salarios mínimos allá”, dice Luis Ardila, quien lleva más de 20 años en el oficio.
Otra razón es que en Venezuela, y de allí hace cuentas dolartoday.com, las personas pagan lo que sea por hacerse a unos dólares o incluso pesos, debido a una inflación que llegó al 366% en los primeros ocho meses del año, de acuerdo a cifras de la Asamblea Nacional de Venezuela, a falta de datos oficiales del Gobierno.
Juan Fernando González, vicepresidente de Asocambios en la ciudad, siempre ha asegurado que no se guían por dolartoday.com para fijar la cotización diaria del bolívar, sino a la oferta y la demanda. El gremio le responde al Gobierno venezolano que la devaluación se debe a la escasez de productos en ese país, al control de cambios, la fuga de capitales y la impresión de dinero inorgánico.
“No sabemos que podría pasar cuando el bolívar llegue a valer cero centavos porque no creo que le puedan quitar otra vez tres ceros. Y tampoco se sabe cómo sería la negociación en otras divisas como yenes, rupias o rubros, como lo está proponiendo Maduro”, dice un dirigente de la ciudad.
“Seguiremos comerciando y haciendo cuentas con décimas de centavos de pesos”, dice Alberto Rodríguez, otra persona dedicada a este negocio, “ahora me gano 2.000 o 3.000 pesos por cada 100.000 bolívares cambiados y seguiremos porque lo que sí es seguro es que ellos van a seguir comprando comida y medicinas”.
PATADAS DE AHOGO
Para José Manuel Restrepo, rector de la universidad del Rosario, la idea de Maduro de utilizar otras divisas y no dólares son ‘patadas de ahogado’, pues sucederá lo mismo que con el dólar.
“Nada servirá mientras no haya una credibilidad en la política monetaria y macroeconómica de un país porque en vez de llegar divisas, estas se van. Ahora, de dónde va a sacar dinero para comprar esas otras divisas”, afirma el economista.
Raúl Gallegos, analista regional de Control Risk, afirma que la debilidad del bolívar va a continuar porque la gente en Venezuela ya no confía en su propia moneda, la ve inservible, y por esto busca la manera de deshacerse de ella a cualquier precio.
El analista explica que la moneda existe porque el Gobierno así lo obliga. “Pero el régimen incita a la gente a deshacerse del bolívar por la inflación, por la devaluación y por la impresión de billetes a mansalva”, agrega.
El rector de la universidad del Rosario opina que el bolívar se va a seguir devaluando por la sencilla regla de la diferencia entre la inflación interna y externa, “si siguen interviniendo los mercados de divisas se va a seguir devaluando con dólares, euros o yuanes. El dólar es un patrón de comparación, igual que van a ser los otros”.
Por esto, opina que la única manera de cambiar la dinámica es cambiando de modelo económico, por uno que genere credibilidad, confianza y que atraiga la inversión y el capital extranjero.
Gallego explica que buscar divisas extranjeras es un problema de sobrevivencia para el venezolano del común.
El analista de control risk enfatiza que negociar con otras divisas no va a hacer que el bolívar se devalúe menos, es más bien una cuestión política de acercarse más a sus nuevos socios comerciales como Rusia y China y depender cada vez menos de Estados Unidos.
Cree que el principal problema en el corto y mediano plazo es que se van a encarecer las importaciones porque las empresas todavía tendrán que pagarle a sus proveedores en Estados Unidos por lo que tendrán que cambiar esos yuanes, rubros o yenes nuevamente a dólares.
Para Gallegos el problema es que el Gobierno venezolano no implementa el control de cambios para manejar el precio del dólar sino como control político para castigar o premiar a las empresas que lo apoyan y así mantenerse en el poder”.