A día de hoy, una de las tantas controversias en el fútbol y que tiene a más de un club replanteando su sistema de compra de jugadores, es el Fair Play, el cual salta del interior de la cancha para hacerse notar fuera de ella.
El Fair Play financiero, es una norma creada por la UEFA que impide a los clubes gastar más de lo que generan anualmente, obligándolos a no tener deudas pendientes. Esta norma hoy en día es uno de los principales reguladores para el desborde masivo de dinero por parte de los principales equipos del mundo.
Es así como recordamos la exorbitante suma de 222 millones de euros ofrecida por el PSG al jugador brasileño Neymar.
A raíz de este hecho, podríamos preguntar hoy sí, ¿Cada euro que se pagó por el deportista valió la pena? Este cuestionamiento queda a su juicio, pero realmente la pregunta es:
¿Se cumplen las sanciones para todos por igual?
Es difícil pensar que con tan escandalosa transferencia, no se haya creado una fisura que anula toda credibilidad en la norma.
¿Qué a impulsado este manejo desmedido en el fútbol? Al parecer la llegada de inversionistas provenientes de Oriente Medio, Asia y Rusia. Magnates petroleros que quieren dejar su huella en el mundo del fútbol.
El caso más reciente lo vivimos en marzo del presente año, cuando la UEFA abrió una investigación al Manchester City por presuntas violaciones del juego limpio financiero.
En la actualidad este club a ofrecido al jugador portugués de 19 años, João Félix del Benfica, la suma de 120 millones de euros, lo que abre nuevamente el debate sobre un presupuesto equilibrado en el fútbol.
La idea de mejorar la salud financiera en el balompié mundial al parecer es solo una utopía, un ideal perdido que se desvanece afectando la sana competencia y al deporte mismo.
Para los amantes del juego bonito, del noble arte de vivir tras la humildad del balón corren tiempos difíciles. El afán desmedido por cosechar éxitos y vender una imagen con jugadores producidos que promuevan el marketing, son los que ahora ganan la partida y ponen en tela de juicio el verdadero valor del fútbol, que va más allá de estratosféricas sumas de dinero.