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El Drone más pequeño del mundo es una ‘Libélula’


La tecnología tiende a ir a una velocidad increíble y  la miniaturización de los drones avanza a un ritmo bastante rápido.

El motivo es el drone más pequeño del mundo, una libélula a la que han pegado una cámara miniaturizada. Así, mientras el insecto vuela, se puede capturar vídeo desde un soporte tan pequeño que podría soltarse en prácticamente cualquier parte sin despertar demasiadas sospechas y sin necesidad de cargar baterías y sin hacer ruido al volar.

La tecnología que convierte a las libélulas en cíborgs de facto se ha llamado DragonflEye (un juego de palabras entre dragonfly y eye, que significan libélula y ojo en inglés) y ha sido desarrollada en el Charles Stark Draper Laboratory con ayuda del Howard Hughes Medial Institute.

Unos ingenieros deñ Charles Stark Draper Laboratory han conseguido colocar una cámara minúscula sobre una libélula

La tecnología tiende a la miniaturización en muchos, muchos campos, y el de los drones es uno de ellos. La semana pasada, vimos cómo DJI reducía el tamaño de su dron hasta abultar más o menos lo mismo que un smartphone. Pero esto no es nada comparado con lo que han conseguido unos ingenieros de EEUU.

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Se trata del dron más pequeño del mundo porque, en resumen, se trata de una libélula a la que han pegado una cámara miniaturizada. Así, mientras el insecto vuela, se puede capturar vídeo desde un soporte tan pequeño que podría soltarse en prácticamente cualquier parte sin despertar demasiadas sospechas y sin necesidad de cargar baterías y sin hacer ruido al volar.

La tecnología que convierte a las libélulas en cíborgs de facto se ha llamado DragonflEye (un juego de palabras entre dragonfly y eye, que significan libélula y ojo en inglés) y ha sido desarrollada en el Charles Stark Draper Laboratory con ayuda del Howard Hughes Medial Institute.

Con esta unión de naturaleza y tecnología, se prescinde de la brevísima vida de los drones, aunque a cambio hay que crear libélulas modificadas genéticamente con unas neuronas de control dentro de la médula espinal del insecto.

El objetivo de sus creadores es que, con el tiempo, se les pueda equipar con sensores y otras tecnologías para obtener datos en lugar donde un drone no puede entrar y que no son seguros para un ser humano. Dado que llevan unas placas solares minúsculas para potenciar su equipo, no sería necesario equiparlas con una batería, lo que sin duda haría más aparatoso su movimiento.


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