En Colombia los yacimientos no convencionales se están constituyendo como una de las alternativas a corto plazo más rentable para incrementar las reservas de gas natural en el país.
Situación que llega al país cuando ésta entra a buscar nuevas fuentes para conservar la autosuficiencia en este combustible.
Los cálculos más conservadores de agentes de la industria estiman que el desarrollo de los proyectos en YNC a través de la técnica del fracking, equivaldrían en tamaño de área a tres campos Chuchupa, descubierto en 1972 en La Guajira, con reservas de siete tpc”, señaló un vocero de Ecopetrol.
La Administración de Información de Energía de Estados Unidos (AIE) “calcula que el potencial en estos yacimientos en Colombia puede acercarse a 54 tpc de gas, lo que implicaría multiplicar por diez las reservas actuales”, subrayó el vocero de la petrolera colombiana.
Esta información es preliminar, pero con estas cifras se puede concluir que con el ‘fracking’, habría reservas de gas natural para 30 años en Colombia.
Sin embargo, la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), señaló que si bien, aún el país no posee la cantidad de remanentes del combustible que se quiere, se valora y reconoce la reactivación que ha tenido la industria este año.
“El país tiene el gas natural suficiente para garantizar la demanda actual con producción local o con importación”, señaló Orlando Cabrales Segovia, presidente del gremio.
En general estas cifras demuestran las oportunidades que tiene el país para ser autosuficiente en materia de gas y a un precio razonable para sus habitantes porque, en caso de agotarse el hidrocarburo, su importación implicaría mayores costos al usuario final.
Se sabe que la industria y el Gobierno apoyan la práctica, pero es necesario no sólo pensar en esta propuesta desde la rentabilidad sino también desde la sostenibilidad, razón por la que es poco critico hablar del fracking sin adjuntar los riesgos e impactos que éste traería en el camino para Colombia.