Por: Vicky Velásquez
Es uno de los tratamientos estéticos más demandados entre los famosos para rejuvenecer, pero conviene conocer todos sus secretos.
La toxina botulínica, más conocida como botox, es en realidad la toxina que produce el botulismo. Sin embargo, desde 1980 se aprovecha su capacidad de producir parálisis muscular para utilizarla con fines médicos en el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas y en medicina estética para las arrugas de expresión, que es por lo que más se le conoce.
Para entender cómo puede beneficiarnos estéticamente hablando, debemos saber que hay dos tipos de arrugas:
-Las estáticas son las que no se modifican con los gestos y permanecen en todo momento. Suelen ser producidas por el resquebrajamiento de la piel generado por el daño solar. Es importante saber que este tipo de arrugas no se van con el Botox. Para estas existen otros tratamientos como el ácido hialurónico, hilos de sustentación, entre otros.
-Las dinámicas son las arrugas que se producen cuando el músculo se contrae y la piel que lo acompaña también. En este tipo de arrugas, la aplicación de Botox sí funciona actuando en el músculo.
En estos casos, la toxina produce una micro relajación, lo que hace que la piel también se relaje. Es importante destacar que lo ideal es disminuir la fuerza de contractilidad del músculo y no paralizarlo, ya que esto es lo que hace que los gestos no se vean naturales… Sí, el famoso y poco estético “efecto máscara”.
Es importante saber que las arrugas dinámicas al tiempo se hacen estáticas pues de tanto contraerse, la piel termina quebrándose.
En lo que se refiere a la eliminación de las arrugas faciales, el botox ofrece claras ventajas:
- Evita la cirugía.
- Se puede aplicar en cualquier época del año.
- Es una técnica prácticamente indolora.
- Sus efectos son inmediatos; a los 3 días se ve el resultado y se prolongan entre cuatro y cinco meses.
- Apenas tiene contraindicaciones.
- Raramente produce efectos adversos, como reacciones alérgicas, rigidez facial o náuseas.
La técnica consiste en la infiltración mediante una aguja extrafina de la toxina botulínica en el músculo de la zona que se desea tratar, produciendo su relajación e inhibiendo el movimiento del mismo.
¿En qué zonas se puede aplicar el botox?
Su aplicación fundamental en estética es el tratamiento de las arrugas de expresión, es decir aquéllas que aparecen en el entrecejo, la frente, las comisuras de los labios o el contorno de los ojos. También sirve para corregir la sonrisa de encía, disminuir la hipertrofia del masetero que hace a las personas verse con la cara cuadrada, y para hiperhidrosis axilar o palmar, que es sudoración excesiva.
Busca un especialista
Es muy importante que este tratamiento sea aplicado por un especialista, conocedor de la anatomía facial, ya que un pinchazo con botox en el lugar equivocado puede generar una expresión no deseada.
Llegó para quedarse…
El Botox no da alergia, no produce enfermedades, ni efectos indeseables si es aplicado por profesionales idóneos. Es importante que la aplicación sea absolutamente estéril.
Definitivamente, el Botox es seguro y llegó para quedarse como uno de los tratamientos más efectivos para tratar las arrugas del rostro.
Otra toxinas
Hay otras toxinas en el mercado. Personalmente utilizo Botox y Dysport, la cual es Europea. Tiene muchísimos estudios y es la numero 1 en Europa. El laboratorio Ipsen Biopharm es el que la produce y la recomiendo a ojos cerrados.