¿Ahora podría ser un buen momento para comprar una nueva computadora portátil, un iPhone o un televisor?
Los precios de esos y otros productos de fabricación china podrían subir después del 1 de septiembre, cuando el presidente Donald Trump dice que impondrá nuevos aranceles a importaciones de China por valor de otros 300.000 millones de dólares.
Si bien el presidente Trump dijo que esta guerra comercial “no ha generado absolutamente ninguna inflación y no le ha costado nada al consumidor sino a China”, los estudios económicos muestran que los consumidores estadounidenses, y no el país asiático, están soportando el peso de los aranceles.
El informe económico más reciente de la Casa Blanca, publicado en marzo, reconoció que cualquier beneficio de los aranceles se compensa con “costos pagados por los consumidores en forma de precios más altos y con consumo reducido”.
Es decir, serán los compradores quienes verán subir el precio de productos electrónicos, ropa, calzado y juguetes debido a que la mayoría de productos vendidos en Estados Unidos son importados desde China.
Alrededor del 42% de la ropa vendida en Estados Unidos se vería afectada con el arancel, así como casi el 70% de todo el calzado, según la Asociación Americana de Ropa y Calzado.
New Balance, por ejemplo, advirtió que los aranceles podrían incluso hacer que las zapatillas que fabrica en Estados Unidos sean más caras porque necesita importar componentes de China que ya no se fabrican en el país.
Ahora, alrededor del 85% de los juguetes vendidos en Estados Unidos se fabrican en China, incluida la muñeca L.O.L Surprise, una de las más vendidas. El gigante de los juguetes Hasbro ya advirtió que tendría que subir los precios si los aranceles entran en vigencia.
Algunas compañías estadounidenses están trasladando la producción fuera de China para evitar pagar el arancel.