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Madrid pone a prueba el impulso de Nadal


Madrid 6 may (EFE).- La confianza de Rafael Nadal tras el impulso logrado con los títulos en Montecarlo y Barcelona, se pone a prueba en el Mutua Madrid Open, donde sus principales rivales, el británico Andy Murray y el serbio Novak Djokovic, buscan todavía ese plus sobre tierra batida para acercarse en forma a Roland Garros.

La cita de la Caja Mágica se abre con esas expectativas en el cuadro masculino, donde Djokovic defiende título. En el femenino. la presencia de la rusa Maria Sharapova, tras reaparecer después de quince meses en Stuttgart, y la ausencia de la estadounidense Serena Williams, una vez confirmado su embarazo, condicionan el cuadro WTA, donde la rumana Simona Halep se proclamó campeona el pasado año.

Marcando el diez dos veces en su agenda se presenta esta temporada Nadal en Madrid. Sus victorias en el Principado y en el Godó le hacen de nuevo temible. Sabe que está en racha y no quiere parar, porque en su punto de mira está el tercer diez, esta vez en París.

«Aquí en Madrid están los mejores del mundo, tengo que estar competitivo cada día y solo desde el jugar bien cada día puedo conseguir el objetivo», razonó el de Manacor.

«Vengo con la ilusión de siempre y a dar lo máximo. Jugar en casa es algo muy especial y Madrid es de los lugares del mundo donde el público me ha dado más cariño y me ha ayudado a ganar partidos complicados. Madrid es una motivación», ha señalado el zurdo campeón de 14 grandes.

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En el cuadro masculino la ausencia de importancia será la del suizo Roger Federer, campeón en Madrid en 2006, 2009 y 2012, que sigue deshojando la margarita sobre su presencia este año en la sesión de tierra, y que tiene previsto anunciar el día 10 de este mes, si jugará en París o se reservará ya para Wimbledon y los torneos de preparación sobre hierba.

Sin el campeón del Abierto de Australia, Indian Wells y Miami esta temporada, el cuadro pierde uno de sus mejores valores, a uno de sus jugadores emblemáticos. A la baja de Federer hay que sumar también la del argentino Juan Martín del Potro, que regresó desde Estoril la semana pasada a Argentina por la muerte de su abuelo.

Frente al buen momento de Nadal, se presentan las dudas de Murray y Djokovic, que aún no han completado el proceso para armar su juego en tierra. El británico hizo el pasado año un gran sesión en pista lenta, con las semifinales de Montecarlo, final en Madrid y título después en Roma. Todo eso le valió para llegar después a la final de Roland Garros.

Pero este año, salvo el título en Dubai en pista dura, prácticamente ha pasado inadvertido. Cedió en la tercera ronda de Montecarlo, y se apuntó de inmediato al cuadro de Barcelona, para practicar y probar su codo malherido. En el Godó logró las semifinales, pero perdió ante el austríaco Dominic Thiem. En total lleva 15 victorias y cinco derrotas en el circuito.

Con cifras similares, 14-4 en su caso, se mueve Djokovic, que como el de Dunblane solo ha ganado un título esta temporada, en Doha y que se ha presentado en Madrid en plan innovador, rompiendo con su entrenador de siempre, el eslovaco Marian Vajda, y con todo su equipo anterior. Solo le acompaña su hermano Marko. Es como volver a empezar, y como él mismo ha señalado, «buscar la chispa ganadora».

Djokovic, como Murray, también quiere actualizarse en tierra este año, porque los cuartos de final de Montecarlo ante el belga David Goffin no son suficientes, y tiene que defender título en Madrid, final de Roma y corona en París.

El suizo Stan Wawrinka, finalista en 2013, siempre es un hombre a tener en cuenta, pero también está por despertar. Pasó casi inédito en el Principado ganando solo dos partidos, y no ha obtenido título alguno este año, con un balance de 16-6.

Ante esta perspectiva de los favoritos, once españoles, especialistas en tierra, preparan sus armas. A la contrastada lucha de Roberto Bautista, se han añadido la gran forma de Albert Ramos, finalista en Montecarlo y cuartofinalista en Barcelona, y sobre todo, el buen hacer de Pablo Carreño, finalista en Río de Janeiro, semifinalista en Sao Paulo e Indian Wells, y luchando en las rondas finales de Estoril.

En el cuadro femenino, a la baja de Serena Williams hay que sumar la de la polaca Agnieszka Radwanska, lesionada a última hora. La alemana Angelique Kerber y la checa Karolina Pliskova, a pesar de su mejor despliegue en pista dura, son las dos grandes favoritas.

Sharapova, finalista en 2013 y ganadora en 2014, no figura entre las cabezas de serie, pero su incursión en el cuadro como invitada especial puede causar más de una sorpresa, si se tiene en cuenta que reapareció la semana anterior en Stuttgart después de cumplir los 15 meses de sanción por dopaje, y se atrevió a plantarse en las semifinales.

La Caja Mágica será de nuevo un baluarte para las jugadoras españolas. Carla Suárez, Garbiñe Muguruza, Sara Sorribes y Lara Arruabarrena, las dos últimas invitadas especiales, son de la partida a la espera de que Silvia Soler se les una desde la fase previa.

Para Muguruza, que en unas semanas defenderá su título de Roland Garros, Madrid es una buena oportunidad para ponerse a prueba, aunque no es un territorio donde haya brillado en sus anteriores actuaciones, salvo en el cuadro de dobles donde llegó dos veces a la final (2014 y 2015), junto con Carla.

«Siempre quiero llegar a las últimas rondas sobre todo aquí que es donde la gente me sigue más, ya que, es el país en el que juego. No tengo un historial bueno, pero estoy contenta de estar aquí porque me encanta y espero que vaya mejor», explicó Garbiñe que debuta ante la suiza Timea Bacsinszky.

Aunque está lista para la lucha, Carla Suárez sabe que la lesión que arrastra durante toda la temporada «no está curada» y que no puede forzar con su servicio. «Al menos me permite sacar con normalidad, a unos niveles buenos para poder competir contra las mejores», comentó la canaria que iniciará el torneo contra la china Shuai Peng.


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