El suicidio es la primera causa de muerte externa en el mundo, es decir, no causada por una enfermedad y muy por encima de los asesinatos.
Si bien cada muerte es una tragedia para familiares, amigos y colegas, el suicidio se convierte en un tema complejo por la multitud de factores intervinientes, por lo que no hay una sola respuesta a este problema.
Sin embargo, el suicidio se podría considerar un problema de salud pública, que no solo tiene causas personales sino que también obedece a factores socioculturales que influyen en la conducta de las personas.
El pasado 10 de septiembre se conmemoró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, pero recientemente son varios los casos de jóvenes en Colombia que se han quitado la vida.
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Pero, ¿por qué los adolescentes se convierten en la población más vulnerable al suicidio?
En la actualidad, son varios los expertos que opinan sobre el tema pero son muchos los adolescentes que tienen dificultad para lidiar con el estrés de simplemente ser adolescentes. No saben cómo enfrentar el rechazo, el fracaso, las separaciones, las expectativas del mundo y hasta crisis familiares, personales y académicas.
Las redes sociales también influyen, pues ¿a quién se le ocurriría hoy día manifestar en las redes sociales su lado triste, asustado, inseguro o desvalido?
Así como también es posible que no puedan ver o alguien les haga ver que pueden cambiar sus vidas sin una respuesta permanente, el suicidio, ante un problema temporal.
Por tanto, hay que hablar del suicidio para vencer ese deseo.
Ocultar el problema y no hablar de él hace que la persona que piensa en quitarse la vida sienta que no tiene permiso para poder hablar de aquello que le preocupa. Por tanto, las personas no se suicidan por el sufrimiento sino que se suicidan por el sufrimiento en soledad.
Las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) constatan que son cerca de 800.000 personas las que se suicidan cada año en el mundo. Además, indica que, por cada suicidio, hay muchas más tentativas de suicidio.