Las enfermedades mentales, la violencia que emana de los videojuegos e incluso la polarización que divide al país, son algunas de las razones que dio el presidente de Estados Unidos, Donald Trump ante el tiroteo del pasado sábado en El Paso, Texas.
Pero dos palabras tuvieron un eco especial, sobre todo por haber sido pronunciadas por Trump en el marco de un evento de extrema violencia: supremacismo blanco.
Esta idea de que los inmigrantes son invasores que deben ser contraatacados de forma violenta es una premisa básica del supremacismo blanco en general y en EE.UU. en particular.
El mes pasado, el FBI admitió que este tipo de violencia está en aumento en EE.UU. y que la mayor parte está motivada por alguna forma de ideología supremacista blanca.
Este fenómeno que, en muchos años, ha mostrado una mayor letalidad que el yihadismo, se destaca por su carácter difuso de términos como terrorismo y extrema derecha.
Por otro lado, están quienes creen que la cuestión del supremacismo la están exagerando políticos del Partido Demócrata y sus simpatizantes para dividir al país, ganar votos y controlar al poder. Ya que esta idea no es un “problema real”.
En la actualidad, se pueden diferenciar distintos grupos dentro del movimiento de extrema derecha en Estados Unidos:
- Supremacistas blancos: Creen que la raza blanca es biológica y culturalmente superior al resto.
- Nacionalistas blancos: Apoyan la idea de crear sociedades exclusivamente blancas.
- Neonazis y admiradores de Hitler: Sienten un rechazo especial hacia los judíos, las personas no blancas, la comunidad LGTBI y las personas con discapacidades.
Todo esto no ha quedado en el simple campo teórico. Por su parte, el SPLC, que contabiliza desde hace más de 20 años el número de grupos de odio en EE.UU., registró en 2018 1.020 de estos grupos en el país.
Analistas dicen que los autores de estos crímenes tienen una ideología común de violencia, intolerancia y odio, y que son motivados por personas a las que conocen en comunidades online como 4chan y 8chan, lugares en los que han sido capaces de debatir libremente sobre el nacionalismo blanco y otras formas violentas de racismo.
El debate en torno al supremacismo blanco está así de plena actualidad en EE.UU., pero su origen se remonta a hace más de 150 años.
