Un conflicto prolongado en el golfo Pérsico podría desencadenar una recesión global e incluso acelerar el alejamiento mundial de los combustibles fósiles.
Recordemos que el estrecho de Ormuz, el reducido espacio que conecta el Golfo Pérsico con el Océano Índico, es una de las rutas más cruciales del comercio mundial, por donde pasa cada día más del 30% de la producción mundial de petróleo.
Al ser éste un espacio de confrontación, los precios del petróleo y el gas podrían ir en ascenso, además de crecientes costos de aseguramiento y ataques a la infraestructura energética y bancaria.
El petróleo podría saltar a US$100 por barril, sin embargo, el nivel que alcance dependerá de la capacidad de mantener un paso seguro a través del estrecho de Ormuz. Si bien el auge del shale de EE.UU. podría calmar un poco el impacto, no puede compensar ninguna interrupción importante en Medio Oriente.
Ahora, los precios del gas natural licuado pueden aumentar más que los precios del petróleo debido al hecho de que una mayor proporción de los flujos globales pasan por el estrecho de Ormuz en comparación con el petróleo.
Con la advertencia de que ciertos petroleros podrían ser atacados por Irán, los costos de los seguros se dispararán o los propietarios de buques sin cobertura pueden ser reacios a arriesgar sus embarcaciones al pasar por el Estrecho.
Las economías más vulnerables a una guerra en el golfo Pérsico serían Japón, India y Corea del Sur, por su gran dependencia del crudo de la región.
