Mil bomberos continúan trabajando en contra del clima para extinguir el incendio declarado el sábado en Vila de Rei, en el centro de Portugal.
Aunque Protección Civil da por controlado gran parte del área del fuego, el siniestro superó los 50 kilómetros y se extendió al municipio vecino de Mação.
Mientras los bomberos continúan con las labores de extinción, las autoridades empezaron a investigar la causa del incendio, en el que no se descarta la participación humana, especialmente después de que la Policía Judicial encontrase artefactos incendiarios en Vila de Rei, según medios locales.
Las autoridades no han ofrecido todavía cifras oficiales del alcance total del incendio, pero el Laboratorio de Fuegos de la Universidad de Trás-os-Montes calcula, según medios locales, que ya ha arrasado 8.500 hectáreas.
Las llamas en Vila de Rei, Mação y Sertã llevaron al desalojo de varias aldeas y 30 personas tuvieron que ser atendidas por los servicios médicos, de los cuales sólo una de ellas está grave.
El último incendio catastrófico del país fue en 2017, con 106 fallecidos. La cifra de muertos de ese año llevó al gobierno portugués a respaldar medidas de prevención más estrictas, y en 2018 no se produjeron muertes en incendios forestales.
