El papa Francisco advirtió del miedo actual de los jóvenes a no ser aceptados por lo que son y que muchos están obsesionados con recibir muchos «me gusta» en redes sociales, en el mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud que fue publicado hoy.
La Iglesia católica celebrará el próximo 25 de marzo la Jornada Mundial de la Juventud de 2018 y el mensaje publicado hoy significa un «paso más en el proceso de preparación de la Jornada internacional, que tendrá lugar en Panamá en enero de 2019», escribió el papa.
Francisco consideró que muchos jóvenes hoy en día se sienten «turbados y embargados por tantos miedos» y que en muchos «existe un miedo de fondo que es el de no ser amados, queridos, de no ser aceptados por lo que sois».
«Hoy en día, muchos jóvenes se sienten obligados a mostrarse distintos de lo que son en realidad, para intentar adecuarse a estándares a menudo artificiales e inalcanzables», agregó.
Por ello, indicó el pontífice, «hacen continuos retoques fotográficos» de su imagen, escondiéndose detrás de máscaras y falsas identidades, hasta casi convertirse ellos mismos en un fake (falso)».
El Papa, que suele usar el lenguaje coloquial y de las nuevas tecnologías cuando habla con los jóvenes, también añadió que «muchos están obsesionados con recibir el mayor número posible de ‘me gusta’. Y este sentido de inadecuación produce muchos temores e incertidumbres».
Para Francisco, los jóvenes, tanto los creyentes como no creyentes, temen «encontrar una seguridad afectiva» o «frente a la precariedad del trabajo, muchos tienen miedo a no poder alcanzar una situación profesional satisfactoria, a no ver cumplidos sus sueños».
Como ayuda a los momentos de «dudas y miedos», el pontífice argentino propuso el «discernimiento» para «poner orden en la confusión de nuestros pensamientos y sentimientos y para actuar de una manera justa y prudente». Y de esta manera, «no perder tiempo y energías con fantasmas que no tienen rostro ni consistencia».
Les invitó también a no encerrarse en sí mismos y «levantar una barricada» para defenderse de todo y de todos y salir a hablar y dialogar con otros. No dejéis, queridos jóvenes, que el resplandor de la juventud se apague en la oscuridad de una habitación cerrada en la que la única ventana para ver el mundo sea el ordenador y el smartphone», aconsejó.
Les pidió «valentía» y usar «sus fuerzas y energías para mejorar el mundo, empezando por la realidad más cercana» y por tanto «amar a las personas con quienes compartimos la vida diaria. Y también podremos amar a quien nos resulta poco simpático.»
«Es un amor que se convierte en servicio y dedicación, especialmente hacia los más débiles y pobres, que transforma nuestros rostros y nos llena de alegría», dijo.
Jorge Bergoglio concluyó su mensaje diciendo que la Jornada Mundial de la Juventud «es para los valientes» y «no para jóvenes que sólo buscan comodidad y que retroceden ante las dificultades» y les exhortó: «¿Aceptáis el desafío?».