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El papa se despide de Colombia pidiendo abrazos de paz y fin a la violencia»


Cartagena, 10 sep.- El papa Francisco concluyó ayer su viaje a Colombia con una misa en el área portuaria de la ciudad de Cartagena de Indias en la que afirmó que en el proceso de paz se debe implicar a la gente.

Ante cientos de miles de personas en el área portuaria de Cartagena, Francisco esperó su último discurso para un análisis más político del proceso de paz en Colombia después del acuerdo con las FARC, ahora convertidas en partido político, y la actual negociación con la otra guerrilla, el Ejercito de Liberación Nacional (ELN), y sobre todo ante la fuerte polarización que se vive entre la sociedad.

En Cartagena de Indias, la ciudad sede de los Derechos Humanos en Colombia, como recordó el papa, su consejo fue que en estos caminos de pacificación, como el que está viviendo Colombia, «donde se observa una delicada armonía entre la política y el derecho, no pueden obviar los procesos de la gente».

«No se alcanza con el diseño de marcos normativos y arreglos institucionales entre grupos políticos o económicos de buena voluntad», aseguró.

En una Colombia fuertemente polarizada y con un alto nivel de crispación tras los acuerdos con las FARC, Francisco explicó que no se debe construir «un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo».

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También puntualizó que además del diálogo «las hondas heridas de la historia precisan necesariamente de instancias donde se haga justicia, se dé posibilidad a las víctimas de conocer la verdad, el daño sea convenientemente reparado y haya acciones claras para evitar que se repitan esos crímenes».

Después Jorge Bergoglio pasó a exhortar a los católicos sobre lo qué deben hacer para contribuir al proceso.

«Se nos exige generar desde abajo un cambio cultural: a la cultura de la muerte, de la violencia, respondemos con la cultura de la vida, del encuentro», exhortó.

En la Terminal de Contenedores de Cartagena (Contecar), donde se celebró la misa, el papa destacó que la paz estable y duradera en Colombia pasa por garantizar «el bien común, la equidad, la justicia, el respeto de la naturaleza humana y de sus exigencias».

También fue el momento de una dura condena del papa a uno de los grandes problemas del país: el narcotráfico.

«Este mal alienta directamente contra la dignidad de la persona va rompiendo progresivamente la imagen que el Creador ha plasmado en nosotros», dijo en su homilía.

Para después añadir de manera improvisada respecto al texto que leía: «Condeno con firmeza esta lacra que ha puesto fin a tantas vidas y que es mantenida y sostenida por gente sin escrúpulos».

«No se puede jugar con la vida de nuestros hermanos ni manipular su dignidad», agregó.

Entonces hizo un llamado para que busquen los modos para terminar con el narcotráfico, que lo único que hace es sembrar muerte por doquier truncando tantas esperanzas y destruyendo tantas familias», improvisó el papa.

En la turística Cartagena, Francisco se inspiró también en la figura de san Pedro Claver, el jesuita que vivió ayudando a los esclavos africanos que llegaban al Nuevo Mundo, para hablar de los marginados de hoy.

Tras visitar el santuario de san Pedro Claver, Francisco celebró el Ángelus en la plaza lleva el nombre del santo y allí recordó que «todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos, o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos».

Y entonces llamó a «trabajar por la dignidad de todos nuestros hermanos, en especial por los pobres y descartados de la sociedad, por aquellos que son abandonados, por los emigrantes, por los que sufren la violencia y la trata».

El papa Francisco se despidió de Colombia con un mensaje tras la misa en el que además de agradecer todos los esfuerzos dijo: «Colombia, tu hermano te necesita, ve a su encuentro llevando el abrazo de paz, libre de toda violencia, esclavos de la paz, para siempre».

La visita terminó también con un pequeño susto cuando Francisco apareció con una herida en la ceja y un golpe en el pómulo izquierdo y unas gotas de sangre en la esclavina. Se había golpeado contra el cristal del papamóvil cuando iba a saludar a un niño.

Francisco tras la misa, la cuarta que celebró en este viaje, se trasladará al aeropuerto de Cartagena donde será despedido por el presidente Juan Manuel Santos, quien tanto insistió para que Francisco visitara Colombia para avalar el acuerdo de paz de su Gobierno con las FARC. EFE


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