Theresa May, la primera ministra del Reino Unido, busca aprobar en un intento de último momento un acuerdo, convenciendo a los legisladores para que apoyen su Proyecto de Ley de Acuerdo de Retirada, que presenta nuevas promesas sobre los derechos de los trabajadores y las disposiciones ambientales, así como una relación aduanera temporal con la Unión Europea. También prometió dar al Parlamento una votación sobre si celebrar un segundo referéndum.
Esto último aislaría a los partidarios del brexit de línea dura dentro del propio Partido Conservador de May, que quieren ver una ruptura limpia con el bloque.
“Este acuerdo no es la última palabra sobre nuestra futura relación con la Unión Europea, es un escalón que sienta las bases y resuelve muchos de los problemas centrales, pero en los próximos años el Parlamento podrá debatir, decidir y refinar la naturaleza exacta de nuestra relación con la UE. Algunos querrán que nos acerquemos más. Otros querrán estar más distantes. Ambas partes pueden defender su caso en los próximos meses y años”, añadió.
La nueva propuesta también establece una obligación legal del gobierno de buscar acuerdos alternativos al controvertido acuerdo de la frontera dura en la isla de Irlanda, para diciembre de 2020.