Por primera vez desde la crisis financiera mundial, China dejó que su moneda cayera bajo las 7 unidades por dólar en agosto.
Esto debido a los envíos a Estados Unidos, los cuales bajaron bruscamente y apuntan a una mayor debilidad de la segunda economía más grande del mundo.
Para evitar el riesgo de una fuerte desaceleración económica al aumentar la presión comercial, se espera que Pekín anuncie más medidas en las próximas semanas.
Las exportaciones cayeron un 1% en agosto respecto del mismo mes del año anterior, la mayor baja desde junio, cuando disminuyeron un 1,3%, según datos de aduanas.
A pesar de las expectativas de los analistas de que la caída del yuan compensaría la presión de los costes y los inminentes aranceles, es posible que algunos exportadores chinos hayan adelantado o «anticipado» los envíos con destino a EEUU en agosto, una tendencia que se ha observado anteriormente en la disputa comercial.
De entre sus principales socios comerciales, las exportaciones chinas a Estados Unidos cayeron un 16% interanual en agosto, lo que supone una fuerte desaceleración respecto de la caída del 6,5% de julio. Las importaciones procedentes de Estados Unidos cayeron un 22,4%.