star enganchado al celular son las consecuencias nocivas de las que más se habla y las que más se teme padecer en la actualidad. Pero, ¿es cierto todo lo que se dice sobre los males que genera la tecnología o existe algún miedo a lo desconocido y al cambio?
Al principio se pensaba que el celular y su uso era perjudicial para el cuerpo humano porque iba a destruir el contacto personal, pero cada herramienta tecnológica que nace y se desarrolla, ha sido aceptada por los usuarios a pesar de que éste venga acompañado por una patología. Así ocurrió con el teléfono, la televisión, la consola y ahora con las TIC (tecnologías de la información y la comunicación). Pero, ¿a qué se refiere con «patología»?
Las TIC están rodeadas de un síntoma universal, la ansiedad, es decir, la necesidad de conectarse horas y horas, y el movimiento involuntario de los dedos para teclear. Aquella falacia se dio por verdadera y pronto se inundó la web de gente que se veía identificada con dicho síntoma.
La adicción a Internet (ni ninguno de los trastornos derivados de las nuevas tecnologías), ha ingresado como desorden mental en el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales que edita la Asociación Americana de Psiquiatría aunque hay mucho de tecnofobia en la actualidad.
La posible dependencia que se desarrolla hacia el móvil o internet está ligada a la neurofisiología de cada uno, lo que influirá a la hora de vivir en mayor o menor medida a ese ‘enganche’. Los circuitos de pregunta-respuesta se crean con bastante intensidad, requiere una acción inmediata, y eso produce -si se puede llamar así- cierta adicción.
La tecnología es algo imparable y el nuevo avance, del que surgirán nuevos miedos, tiene nombre de limpiador futurista y borra los límites entre realidades.
