Thibaut Pinot conquistó la cima del Tourmalet en un día donde muchos favoritos sufrieron más de la cuenta y que dejó a Alaphilippe un día más al frente de la general. El francés terminó segundo y amplío su diferencia con los rivales. Enric Mas y Nairo Quintana fueron los grandes damnificados de una jornada donde también cedió tiempo Geraint Thomas.
No hubo un solo ataque en esta histórica ascensión, la más legendaria de esta prestigiosa carrera y la decepción no se hizo esperar entre los aficionados, miles de ellos agolpados en los pocos rincones libres que presentaba la subida para ver a los ciclistas. Una ascensión de cerca de 19 kilómetros que los de la general hicieron en grupo, como especulando con sus fuerzas y subiendo a ritmo sin querer meterse en peleas.
Los que se quedaron perdieron tiempo por falta de piernas, no por ataques de sus rivales. Es el caso de hombres como Adam Yates, en las primeras rampas, Nairo Quintana, al que su propio Movistar Team sacó de rueda por el fuerte ritmo impuesto por Amador y Soler, Mollema, Enric Mas, Valverde, Urán, Fuglsang y Geraint Thomas. Todos de forma escalonada en una subida que fue claramente una carrera de desgaste donde apenas llegó a disputar la etapa un grupo donde estaban Landa, Alaphilippe, Pinot, Kruijswijk, Buchmann y Bernal.
El favorito, Pinot, respondió a su condición y demostró estar más en forma que nunca para terminar ganando la etapa.
Alaphilippe, después del enorme desgaste en la crono, volvió a sorprender, esta vez para arriba. El francés terminó segundo y amplió diferencias con sus rivales, empezando por un Thomas que sigue segundo en la general.