Los trabajadores de descarga de equipajes del aeropuerto internacional de Miami, Florida, se llevaron una sorpresa cuando encontraron entre las maletas de un chárter de la compañía Swift Air, procedente de La Habana, a un joven cubano que viajaba como polizón.
No es claro si el cubano, de 26 años, trabajaba en el aeropuerto internacional José Martí de La Habana, algo que parece deducirse por la ropa que vestía, un uniforme de la Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios Aeronáuticos (ECASA).
Las autoridades no precisaron cómo consiguió el joven esconderse en la bodega del avión en La Habana y cómo pudo resistir las condiciones del viaje. Sin embargo, agentes del servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés) detuvieron al joven sobre la pista de aterrizaje del aeropuerto y si bien se le denegó la entrada al país, le queda la opción de solicitar asilo, para lo que tiene que probar que corre un riesgo creíble de persecución en Cuba.
Según datos de la Guardia Costera de EE.UU., en lo corrido del año fiscal (desde octubre de 2018), más de 430 cubanos han intentado llegar por mar a través del estrecho de Florida, el Caribe y el Atlántico.
En enero de 2017, días antes de dejar la presidencia de EE.UU., Barack Obama canceló la política «pies secos, pies mojados» decretada en 1995.
De acuerdo a esta política, los cubanos que tocaban territorio eran amparados por la ley de Ajuste Cubano y podían quedarse en el país e incluso obtener residencia permanente. Pero tras la cancelación de la política, el flujo de cubanos que llegaban por mar se redujo notablemente.
