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Jóvenes de Latinoamérica se comprometen ante el papa a ser instrumentos de paz


La sangre nueva del catolicismo latinoamericano se reunió hoy en la Plaza de Bolívar de la capital colombiana para ovacionar al papa Francisco y comprometerse con él a ser instrumentos de paz.

Al menos 22.000 jóvenes se agolparon con los primeros rayos del sol en el corazón capitalino a la espera de que el santo padre saliera al balcón del Palacio Arzobispal para saludarlos, bendecirlos y entregarles su mensaje.

«Nuestra misión hoy como jóvenes que creemos en Cristo es la de demostrarle al papa que la Iglesia está más viva que nunca, porque somos la sangre nueva y estamos dispuestos a generar los cambios que hagan falta en nuestro interior y en los países a los que representamos», dijo a Efe Ricardo Abad, de 22 años y miembro de la Comunidad San Pablo, de Colombia.

Para Abad, «está claro que debemos ser, como Francisco, pastores con olor a oveja y predicar con el ejemplo, tal y como él nos ha enseñado con su sencillez».

En primera fila, justo al frente del balcón del Arzobispado, se ubicó Pablo Zabala, un religioso de la Congregación San Pablo, de Nicaragua, que no podía ocultar la emoción.

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«Esto es maravilloso. Quienes estamos aquí queremos sentir la bendición del Señor y manifestarle al papa que podemos ser los elementos mediante los cuales se pueda construir la paz en América Latina», manifestó.

A juicio de Zabala, no es casualidad que sean jóvenes quienes se han congregado en este multitudinario evento, ya que son ellos «quienes con la nobleza de su corazón y su sed de cambio están dispuestos a sacar del conflicto armado a Colombia, darle nuevas oportunidades a la tan sufrida Venezuela y defender a los inmigrantes mexicanos».

Precisamente, de México se hizo presente William Ramírez, quien comentó que en su país son «las nuevas generaciones las que están alzando la voz para protestar por las injusticias sociales y económicas que se ven a diario y de paso para exigir que la dignidad mexicana se respete en naciones como Estados Unidos».

Su compatriota Gladys Medina agregó que precisamente el mensaje del papa debe servir para «alentar a las juventudes latinoamericanas a no dejarse vencer por el pesimismo y a llevar la cabeza en alto y con orgullo de ser hijos de esta tierra».

Ya cuando se aproximaba el momento de que el sumo pontífice se pronunciara se escucharon al unísono en la Plaza de Bolívar arengas como «esta es la juventud del papa» y «Francisco, hermano, tú ya eres colombiano».

Posteriormente, los muchachos se unieron en oración para rezar el Ave María y uno a uno se presentaron testimonios de sobrevivientes de diferentes tipo de violencia, como el de Natalia Ponce, una colombiana cuyo rostro fue quemado con ácido.

Finalmente, sonó el himno nacional de Colombia y el público enloqueció porque era el anuncio de que pronto iba a llegar a la céntrica plaza bogotana el hombre que los reunió: su santidad Francisco.

EFE


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