Este lunes termina el plazo para que los descendientes de los judíos, expulsados de Sefarad, España, en 1492, soliciten la nacionalidad española.
Esta medida, que entró en vigor en 2015 por la Ley de los Sefardíes, es una reparación para los judíos que fueron expulsados por los Reyes Católicos injustamente hace 500 años.
Hasta agosto, se presentaron 60.226 solicitudes, mientras que en septiembre se registraron otras 50.000 más. En total, son más de 100.000 de personas de más de 60 países.
Quienes aplicaron a la nacionalidad tendrán un año para completar la documentación. Además, los aspirantes deben comparecer ante un notario en España quien, según los documentos aportados, certificará o no su origen sefardí.
¿Cómo se demuestra la pertenencia a este grupo étnico?
Según la Ley, hay varios caminos.
El primero de ellos, es un certificado de la Fcje. Este certificado tiene un costo de alrededor de US$70, pero es una de las pruebas más efectivas para tener éxito en el proceso de nacionalización.
La segunda posibilidad es tener un certificado del presidente de la comunidad judía de la zona de residencia o ciudad natal del interesado.
El tercer documento válido es contar con un certificado de la autoridad rabínica del país de residencia.
La cuarta prueba de descendencia es una partida de nacimiento o la “ketubah” o certificado matrimonial, con el que se de fe de su celebración según las tradiciones de Castilla.
Y la última opción es la relación de los apellidos con la comunidad.
En Colombia, puede consultar si su apellido es de origen sefardí con la Academia Colombiana de Genealogía o con otras entidades expertas en la materia que busquen la relación con la comunidad.