Tras más de dos años de investigación, se sentarán en el banquillo de los acusados los curas Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59), y el ex empleado del Instituto Antonio Provolo para Sordos, Armando Gómez (49), quienes están acusados de abusar sexualmente de más de 20 niños y adolescentes que estaban a su cuidado.
Así mismo, se incluye a dos monjas Kosaka Kumiko y Asunción Martínez, quienes también fueron detenidas, acusadas de haber sido partícipes en los abusos.
El desgarrador hecho ocurrió en la provincia centro-occidental de Mendoza, y fueron las autoridades argentinas las que ordenaron el cierre del Instituto en la ciudad mendocina de Luján de Cuyo en 2016 y la detención del cura y otros 12 sospechosos. No obstante, las primeras denuncias sobre el hecho se dieron a conocer en 2009.
El juez de la causa en La Plata constató que los abusos allí se cometían los sábados y de noche, porque era el «día en que disminuía el número de alumnos internados y solo quedaban los que no tenían familia». Así mismo, a los niños que dormían en el instituto se los obligaba a quitarse los audífonos para ir a dormir, para que no escucharan los gritos.
Varias de las víctimas contaron que sus abusadores amenazaron con matar a sus madres si revelaban lo que estaba pasando.
Paola, la mamá de una exalumna abusada, dijo que Corradi «ataba de pies y manos» a su hija para abusar de ella.
En 2017 el obispo de Verona, Guiseppe Zenti, se desligó de responsabilidades por lo ocurrido, afirmando que la curia no tenía poder sobre el Instituto Provolo porque es manejado por una congregación «autónoma».
Sin embargo, tanto las víctimas italianas del Instituto Provolo como las de las dos sedes argentinas sostienen que la Iglesia católica sabía que Corradi era un pedófilo y no obstante lo pusieron a cargo de niñas y niños sordos en Argentina.
El caso también afecta de cerca al papa Francisco. El exarzorbispo argentino, recién ordenó una investigación preliminar sobre las denuncias de abuso en el Instituto Provolo de Mendoza en 2017, un año después de que los sacerdotes fueran arrestados y ese internado fuera cerrado.