El futuro del papel de baño


Aparentemente, desechamos 27.000 de árboles por el inodoro cada día.

Un informe titulado «The Issue With Tissue» o «El problema con el rollo de papel” publicado a principios de este año por la organización ambiental mundial Natural Resources Defense Council (NRDC), publicó varias de las marcas de papel higiénico más vendidas, haciendo así una advertencia sobre sostenibilidad.

De hecho, el papel higiénico proviene de algún lugar, se señaló en el informe, donde el de mejor calidad y más suave proviene de árboles de madera blanda como el pino y el abeto. Y algunos de dichos árboles provienen de los antiguos bosques boreales de Canadá que, cuando se talan, no logran recuperarse y claro está, este aspecto es un problema grave para el ecosistema.

Además, se necesita mucha agua y energía para el proceso de convertir la madera de los árboles en papel higiénico, sin hablar de la sorprendente cantidad de cloro, formaldehído y varios compuestos organoclorados para aumentar la resistencia, la suavidad y el color.

A raíz de este panorama, nace la primera compañía de la nueva generación de papel higiénico «Who Gives a Crap» (A quién le importa un bledo), fundada por australianos en julio de 2012.

Su papel reciclado cuesta 42 dólares por 48 rollos, o 46 dólares por la misma cantidad de rollos de bambú. La mitad de estas ganancias, aproximadamente 1,5 millones de euros por ahora, la donan para construir baños en países en vías de desarrollo.

La empresa calcula que ha producido lo suficiente para salvar a más de 50.000 árboles, ahorrar 98 millones de litros de agua y evitar casi 6.000 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero.


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