La maniobra política del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, de suspender las sesiones del Parlamento entre el 10 de septiembre y el 14 de octubre, generó un caos en el país.
El audaz plan de Johnson busca restar tiempo a la oposición para frenar la posibilidad de un brexit sin acuerdo.
Diputados y activistas antibrexit, indignados por la decisión del primer ministro Johnson, lanzaron una batalla legal para intentar impedir que suspenda el Parlamento.
Esto provocó una ola de indignación y protestas. Diputados opositores se declararon determinados a intentar aprobar una legislación urgente contra un Brexit sin acuerdo en las semanas previas y posteriores a la suspensión o a lanzar una moción de censura contra Johnson.
El primer ministro también sufrió un duro revés cuando la carismática líder de su Partido Conservador en Escocia, Ruth Davidson, contraria a una salida brutal de la UE, anunció su dimisión aduciendo motivos familiares y políticos.
Desde que los británicos votaron, en 2016, por salir de la Unión Europea, a la que pertenecieron durante 43 años, el país entró en una situación que hoy no encuentra salida.