Tras diez años al frente de Naciones Unidas, el surcoreano Ban Ki-moon, cede el puesto al portugués António Guterres, quien fue elegido como secretario general de la ONU en octubre y oficialmente asume el cargo el 1 de enero.
El puesto de secretario general de Naciones Unidas es – como lo describió el primer responsable de la organización, el noruego Trygve Lie– «el trabajo más imposible del mundo, pero también el que más enriquece el espíritu«.
Ban, de 72 años, tiene una recomendación para su sucesor: «La pasión debe estar acompañada de la compasión, de la compasión hacia los demás», dijo el secretario general saliente en una reciente entrevista.
En su mensaje de despedida de Naciones Unidas, Ban destacó que durante su mandato nunca dejó de soñar y siempre trabajó «como una voz de los sin voz y defensor de los indefensos«.
«El espíritu y la visión que animaron a los dirigentes mundiales en 1945, cuando se fundó la Organización, me inspiran diariamente…», dijo Ban Ki-moon. «A pesar de que me prepare para marcharme, mi corazón se quedará donde ha estado desde que era niño: aquí mismo, con las Naciones Unidas», señaló el surcoreano.
Ban, como tantos otros niños coreanos de la época, se vio afectado por la pobreza que dejó en su país la segunda Guerra Mundial y por la guerra de Corea (1950-1953).
«Las Naciones Unidas enviaron tropas de ayuda humanitaria. Sin las Naciones Unidas yo no estaría aquí hoy como secretario general», recordó Ban Ki-moon