Un proyecto de resolución de Naciones Unidas apadrinado por EEUU y que tiene previsto someterse a voto este mismo sábado planea recortar hasta en un tercio las exportaciones de Corea del Norte en lo que constituye el paquete de sanciones «más amplio y de mayor impacto hasta la fecha», en palabras de un diplomático citado por la agencia AP.
El Consejo de Seguridad de la ONU decidirá la suerte de la propuesta a partir de las 15:00 horas de Nueva York tras semanas de discusión en un gesto que podría anticipar la aquiescencia de Rusia y sobretodo de China -la principal conexión de Pyongyang con el exterior- ante dichas medidas, que se convertirían en la séptima ronda de castigos internacionales contra el estado asiático por la la expansión de su arsenal nuclear y de misiles.
Según medios norteamericanos como la CNBC, el anuncio de la votación se produjo coincidiendo con el imprevisto retraso de un crucial discurso que pensaba pronunciar el viernes el presidente norteamericano Donald Trump en el que pensaba criticar las prácticas comerciales de China y ordenar represalias por este hipotético comportamiento, un gesto que muchos especialistas habían anticipado como el primer paso en un previsible choque financiero entre las dos superpotencias.
Trump no ha cesado de vincular su relación comercial con China a la actitud de Pekín en su esfuerzo por aislar a Corea del Norte.
El texto redactado bajo el impulso norteamericano podría reducir hasta en 1.000 millones de dólares los ingresos norcoreanos al prohibir todas las exportaciones de carbón, hierro, plomo, pescados y mariscos, añadió el mismo representante que conversó con AP.
El carbón reportó a Pyongyang cerca de 1.200 millones de dólares el año pasado, según el cálculo de Washington, antes de que Naciones Unidas limitara ya su venta a un máximo de 400 millones anuales. En 2017, el comercio de pescado y marisco, estimado en 295 millones de dólares, debía convertirse en el producto estrella de las exportaciones de la nación comunista.
Las sanciones incluyen también la prohibición de otorgar permisos adicionales a trabajadores norcoreanos, nuevos proyectos conjuntos con empresas del mismo país o inversiones en esas firmas.
El envío de mano de obra a otras naciones se ha convertido en una fuente adicional de obtención de divisas para Pyongyang. Aunque se desconoce el importe real en 2015 el investigador especial de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos en Corea del Norte, Marzuki Darusman, estimó que dicha actividad -que incluye a unos 50.000 trabajadores- suponía un ingreso anual para Pyongyang de entre 1.200 y 2.300 millones de dólares.
La votación en Naciones Unidas se produce después de que Corea del Norte realizara dos ensayos exitosos de misiles intercontinentales (ICBM) el pasado mes de julio, que colocan la mayoría del territorio estadounidense bajo el rango de este armamento.
El texto que se someterá al refrendo del Consejo de Seguridad acusa a Corea del Norte de un «desvío masivo de sus escasos recursos hacia el desarrollo de armas nucleares y una serie de costosos programas de misiles balísticos», cuando una cuarta parte de la población sufre de desnutrición crónica.
Por el contrario, la nueva ronda de castigos no incluye las exportaciones de combustible a Corea del Norte, cuya interrupción sí tendría un impacto inmediato en el régimen.
«El proyecto para reflejar un compromiso entre EEUU y China en varios asuntos. Es muy notable que no incluya ninguna reducción en los envíos de petróleo chino a Corea del Norte», declaró Bonnie Glaser, del Centro Internacional de Estudios Estratégicos.
Anticipándose a esta hipotética decisión, la agencia oficial de noticias norcoreana, un funcionario del ministerio norcoreano de Exteriores citado por la agencia oficial KCNA indicó el viernes que «la campaña de sanciones de EEUU nunca funcionará» y «sólo aumentan nuestra vigilancia, resistencia y justifican todavía más el acceso a armas nucleares».
La crisis de la Península de Corea ha generado una escalada militar que podría incluso agravarse ante las inminentes maniobras que ejecutarán los ejércitos de EEUU y Corea del Sur en las próximas semanas en esa región.
Por su parte, Pekín anunció hoy el inicio de unas nuevas prácticas navales en el área del Mar Amarillo -al oeste de la Península coreana- en lo que expertos citados por el diario South China Morning Post ha opinado que se trata de un claro aviso tanto a Corea del Norte como a EEUU.
A tal efecto, las autoridades navales chinas decretaron la clausura de un área de casi 57.000 kilómetros y de dos de los principales puertos del país. Estas son las segundas maniobras del mismo estilo que realiza la marina local en las últimas dos semanas en un claro signo del incremento de la tensión a la que asiste la región.
El último sábado el ejército chino protagonizó también unas espectaculares prácticas de lanzamientos de cohetes en la provincia norteña de Mongolia Interiorcuyo objetivo fue el escudo antimisiles THAAD desplegado por EEUU en Corea del Sur.
«Forma parte de la diplomacia. Se habla y se negocia, pero de fondo siempre tenemos algún tipo de sonido de tambores (de guerra)», opinó Collin Koh, de la Universidad Tecnológica Nanyang de Singapur.