El duelo Nairo-Nibali centra el foco en el Giro del Centenario


Redacción deportes, 4 may (EFE).- El duelo entre el colombiano Nairo (Quintana) y el italiano Vincenzo Nibali (Bahrain), defensor del título, centrará el foco del Giro del Centenario, una edición especial que rendirá homenaje a los grandes campeones de la historia de la carrera rosa y que presenta un recorrido emocionante hasta el final, que incluye 2 contrarreloj y cinco finales en alto.

Un Giro especial, por el homenaje a mitos como Coppi, Bartali, Gimondi y Pantani, cuyas ciudades de origen o lugares de grandes batallas estarán presentes en el recorrido y por la inclusión de las cimas míticas, como el Stelvio y el Mortirolo.

La edición número 100 ha reunido un buen ramillete de ciclistas ilustres, a pesar de las ausencias de Froome, Contador y del local Fabio Aru, que se perderá la experiencia de salir de su Cerdeña natal.

Nairo Quintana pisa el primero la alfombra de los favoritos. Será la referencia, el hombre a batir. A sus 27 años lidera el Movistar para encumbrarse en Giro y Tour, convencido de poder unir su nombre al de los últimos conquistadores del doblete en el mismo año, nada menos que Miguel Indurain (1992 y 1993) y Marco Pantani (1998).

El boyacense ha preparado en Colombia al detalle el asalto a la maglia rosa, sin olvidar el ensayo de la contrarreloj y la cabeza programada para transmitir a sus piernas que en julio tiene otra cita en Francia. Ganador del Giro 2014 y de la Vuelta 2016, su casillero de la temporada ilumina cinco victorias, entre ellas la Vuelta a la Comunidad Valenciana y Tirreno Adriático.

Montaña no le faltará al colombiano, quien deberá aparecer en los 5 finales en alto, en especial la última semana, donde se jugará la camiseta rosa en las altas cumbres.

Admite Quintana que su principal rival será Vincenzo Nibali, la voz de la experiencia y las piernas más brillantes por palmarés. A sus 32 años «El Tiburón» es uno de los 6 corredores de la historia que tiene las tres grandes por etapas en su palmarés, y en el caso del Giro por partida doble (2013 y 2016). Es el defensor del título y quiere el tercero para enaltecer tan especial edición.

Además, por si fueses pocos los alicientes para el siciliano, en caso de victoria igualaría al francés Bernard Hinault y en la quinta etapa llegará en su ciudad natal, Messina.

Se espera el duelo Quintana-Nibali, pero este Giro ha despertado el apetito de otros candidatos. Entre ellos asoma el español Mikel Landa, tercero en 2015. El alavés, retirado en 2016 con los galones del Sky en su brazo, compartirá la jefatura de filas con el galés Geraint Thomas, reciente ganador del Tour de los Alpes.

«Llego tranquilo, con ganas y confianza después del Trentino para hacer algo importante en el Giro. El recorrido es bueno y la oportunidad es buena». Landa no esconde su deseo de desquitarse del mal trago de la pasada temporada.

También entrarán en la pelea por el podio el holandés Steven Kruijswijk, el mismo que se dejó la maglia rosa hace un año en el descenso del Agnello y el francés Thibaut Pinot (Francaise), quien ha apostado por el Giro esta temporada.

En un segundo escalón será interesante ver las prestaciones del ruso Ilnur Zakarin (Katusha), del holandés Bauke Mollema con la capitanía del Trek en ausencia de Alberto Contador, así como de su compatriota Tom Dumoulin (Sunweb), un todoterreno que mira goloso las dos contrarreloj.

En la fila también pide paso el joven británico Adam Yates Orica-Scott), de 24 años, maillot blanco del Tour 2016 y cuarto de la general. Será el hombre de la general en la escuadra australiana. Los cinco finales en alto y los casi 70 kilómetros contrarreloj marcará el Giro del Centenario. Las tres primeras etapas se disputarán en Cerdeña, desde Alghero a Calgari, escenarios que retornan tras diez años de ausencia. Aguardan tres jornadas en línea y luego la caravana saltará a otra isla, a Sicilia, hecho que no ocurría desde 1961.

Tras la primera jornada de descanso y ya en terreno siciliano, llegará el primer gran escollo con los 18 kilómetros de ascenso al Etna, donde saltarán chispas entre los favoritos. Tras algunas opciones para los esprinters el pelotón disfrutará de la segunda jornada de descanso, preludio de la llegada en alto de Blockhaus.

La primera crono en la décima etapa, de 39,2 kilómetros dará un respiro a los especialistas, camino del asalto a Oropa, otra cita clave de montaña. Habrá una tercera jornada de descanso antes de la traca final. La tercera semana será terrible y decisiva.

El martes 23 llegará la jornada reina entre Rovetta y Bormio, con el Mortirolo, que será la «subida Scarponi», por su cara menos dura, la de Monno, con 12,6 kms al 7,6 por ciento, el Stelvio (Cima Coppi con 21,7 kms al 7,2) y el Umbrailpass (13,5 kms al 8,4%).

Un día después 219 kilómetros de puro desgaste con Aprica (2ª) y Tonale (2ª) de salida, más Giovo (3ª), en la parte central. El jueves 25, jornada breve (137 km) y de las que crean diferencias: Pordoi (1ª), Valparola (2ª), Gardena (2ª), Pinei (3ª) y final en Ortisei tras coronar Pontives (1ª; 9,3 kms al 6,8%) a 4 kilómetros de meta.

El colofón tendrá dos días de montaña y una contrarreloj. El viernes, último final en alto en el Piancavallo (1ª; 15,5 kms al 7,3%), y el sábado espera el Monte Grappa (1ª) y Foza (1ª), que se coronará a 15 kms de la meta de Asiago.

Si la general no está clara, el último día espera la cita con el crono. En el Autódromo de Monza se dará la salida de los 27,6 kms hasta el Duomo de Milán, donde espera la gloria para el campeón del Giro del Centenario.


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