París, 26 may (EFE).- El sorteo de Roland Garros ha evitado que el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic se midan en la final del torneo y les ha situado por la misma parte del cuadro, obligados a cruzarse en semifinales.
Nadal, que busca su décima Copa de los Mosqueteros, parte como cuarto favorito, mientras que el serbio, que defiende el primer título en la tierra batida de París logrado el año pasado, lo hace como segundo.
Pese a todo, la guerra psicológica entre ambos comenzó ya. Djokovic no dudó en tratar de pasar la presión al español, a quien consideró favorito para ganar el torneo por la buena temporada que viene haciendo, en particular sobre tierra batida.
Nadal prefirió mirar para otro lado y mostrar sus cartas al asegurar que, si el físico no le abandona como sucedió el año pasado, se encuentra en un buen momento para afrontar su Grand Slan predilecto.
Su conquista del décimo triunfo en París aparece jalonada por un sendero benevolente, aunque él se empeñó en magnificar su primer rival, el francés Benoît Paire, 45 del mundo, un jugador tan irregular como consistente a quien atribuyó un gran servicio y un buen revés.
Será una piedra de toque más moral que tenística para el español, que le ha batido en las dos citas anteriores, ambas sin ceder un solo set y en los dos casos sobre arcilla.
Si como quiere el ránking Nadal supera el primer escollo se le supone un camino asequible: el holandés Robin Haase, el francés Guilles Simon, el estadounidense Jack Sock, a quien viene de derrotar dos veces esta temporada, en octavos de final, y al canadiense Milos Raonic, sexto del mundo, en cuartos.
Un rival este último de calidad pero que no tiene ni mucho menos sobre la tierra la superficie donde más luce su talento, basado en un servicio demoledor.
Algo más complejo se le presenta el panorama a Djokovic, que debuta contra el español Marcel Granollers, un especialista sobre la tierra, y que tiene en su horizonte a otros dos expertos en esa superficie, el francés Lucas Pouille en octavos y el austríaco Dominic Thiem en cuartos.
Desaparecido de las últimas rondas de los últimos torneos, al británico Andy Murray, número uno del mundo, tampoco le aparece un cuadro cómodo.
Debut frente al ruso Andrey Kuzentsov, antes de medirse en unos hipotéticos octavos de final contra el checo Tomas Berdych y en cuartos frente al japonés Kei Nishikori.
Pese a los problemas físicos que aseguró haber arrastrado en la última semana, el escocés afirmó que se encuentra en buen estado y listo para asaltar un Grand Slam que todavía no figura en sus vitrinas.
El otro eventual cuarto de final lo jugarían el suizo Stan Wawrinka, ganador en 2015, contra el croata Marin Cilic.
En el cuadro femenino, la española Garbiñe Muguruza inicia la defensa de su título frente a la veterana jugadora italiana Francesca Schiavone, trece años mayor que la española, una jugadora difícil sobre tierra batida, donde ya se anotó el Grand Slam en 2010.
Si supera las diferentes fases, Muguruza se encontraría en octavos de final contra la francesa Kristina Mladenovic, 14 del mundo, finalista este año en Madrid y en Stuttgart, además de ganadora en San Petersburgo.
En cuartos de final, la española, cinco del ránking mundial, se cruzaría contra la eslovaca Dominika Cibulkova, siete, que no está al mismo nivel que en la brillante temporada pasada.
La alemana Angelique Kerber, número 1 del mundo, vencedora la pasada campaña de los Abiertos de Australia y Estados Unidos, debutará frente a la rusa Ekaterina Makarova, 40 del mundo, y se mediría en unos hipotéticos cuartos frente a la Svetlana Kuznetsova, 9 del ránking.
La checa Karolina Pliskova, segunda favorita, comenzará contra la china Saisai Zheng y en su camino en cuartos aparece la británica Johanna Konta, 8 del mundo.
La rumana Simona Halep, tercera cabeza de serie, debuta frente a la eslovaca Jana Cepelova y en cuartos se mediría a la ucraniana Elina Svitolina, sexta del ránking.