Bogotá, 4 may (EFE).- Las autoridades colombianas investigan el posible secuestro de un funcionario de la ONU que, al parecer, pudo haber sido raptado por un grupo disidente de las FARC en el departamento del Guaviare (sureste), justo cuando integrantes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas visitan el país.
El funcionario fue, al parecer, secuestrado el miércoles en un remoto caserío situado a dos horas de viaje por tierra del municipio de Miraflores (Guaviare), donde trabajaba en el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (Pins), informaron los medios locales.
El secretario de Gobierno de Miraflores, Edwin Díaz, señaló que esta persona, cuya identidad no ha sido divulgada y que sería de nacionalidad colombiana, pudo haber sido secuestrado por disidentes de las FARC que operan en esa zona y que no aceptan el acuerdo de paz firmado con el Gobierno en noviembre pasado.
Una fuente oficial, que no confirmó ni desmintió el hecho, dijo a Efe que el funcionario «no hace parte de la misión de la ONU» que acompaña el proceso de paz, «ni observador (militar) ni civil», pero «puede ser del sistema de Naciones Unidas», es decir, de cualquier otra agencia del organismo.
La ONU tiene en Colombia una Misión de apoyo al proceso de paz, que supervisa la dejación de armas de las FARC, que trabaja en el país en paralelo a diferentes agencias humanitarias y de cooperación de Naciones Unidas.
Justamente anoche llegaron a Bogotá los integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU para manifestar sobre el terreno su apoyo al proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC.
«El Consejo de Seguridad viene precisamente a expresar, a traer el apoyo de las Naciones Unidas, del Consejo de Seguridad, que estamos brindando al proceso de pacificación de los colombianos», dijo el embajador de Uruguay, Elbio Roselli, a su llegada al a base militar de Catam.
Los miembros del Consejo se reunirán hoy con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y con representantes de la sociedad civil, y mañana tienen previsto visitar una de las 26 zonas veredales transitorias de normalización (ZVTN), donde unos 7.000 integrantes de las FARC se preparan para dejar las armas y desmovilizarse.