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Al Toque: El Intangible aporte de Aguilar


Por Guillermo Jabba

«El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a donde va»  – Antoine de Saint Exupéry

La dinámica del futbol moderno ha convertido a los jugadores en seres autómatas: Predominan atletas con gran despliegue fisico, sacfrificio y disciplina táctica. Muy poco espacio queda para la improvisación, para la creatividad. Mucho menos para la pausa.

En Chile, hoy Pizzi vuelve a convocar a Valdivia. En su ausencia, La roja ha perdido rápidamente ese control de las situaciones que les permitió llegar a ser verdaderos protagonistas. Plantear los partidos a golpe por golpe los ha llevado al borde de la eliminación.

En Argentina, quizás el vertigo también les esté jugando en contra. Pretender resolver cada situación del juego a la máxima velocidad, disminuye notablemente la precision en la ejecución. Hoy la prensa pide a Fernando Gago, como un tercer volante al lado de Biglia y Banega, en un tridente que permita a Messi incorporarse en un futbol de mayor elaboración, donde su cambio de ritmo aparezca como alternativa, y no como única carta de ataque.

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Solo Uruguay parece seguir siendo inmune a las desventajas de renunciar a la pausa y la elaboración de Juego.

En Colombia, la clave de la pausa y la correcta distribución del uso de la pelota la tiene Abel Aguilar. Un jugador para muchos discutido, quizás porque las mismas características que lo hacen valioso para el equipo, suelen pasar desapercibidas por la retina del aficionado, e incluso de algunas vacas sagradas de la prensa nacional.

Aguilar es el único volante de la convocatoria que posee las características para sacar al equipo jugando desde el fondo, tarea pendiente para Carlos Sánchez, quien tiene obligaciones de referenciación táctica en la transición de defensa a ataque: Cuando el rival deja un sólo hombre en punta, Sánchez lo toma como stopper, liberando a los centrales y dándole salida a ambos laterales. Cuando el rival deja dos hombres en punta, Sánchez y Zapata (que suele manejar perfil derecho) los toman como stoppers, liberando a Davinson o a Murillo (que suelen manejar ambos perfiles) y dándole salida a ambos laterales.

En cualquier caso, es el segundo volante de marca quien debe asumir la responsabilidad del cabeza de área, iniciando la elaboración del juego. Por esta razón, cuando la función ha debido asumirla un jugador del mismo corte de Sánchez, a pesar de poseer mayor dinámica y potencia física, la salida del equipo se ha visto comprometida, y se ha convertido en presa fácil del pressing rival.

¿Qué es entonces eso que aporta Abel, que sólo el ojo entrenado parece ser capaz de advertir?

Abel conoce la esencia del juego. Sabe que el balón es más rápido que los pies, así que lo transporta muy poco. Este pequeño secreto lo libera de esas ansias de protagonismo, que lo hacen pasar casi inadvertido: suele tocarla mucho y tenerla poco. Eso le permite enfocarse en encontrar con facilidad al hombre libre.

Con el tiempo se consolidarán otros jugadores destinados a reemplazarlo, como Pérez, Daniel Torres, o por qué no, Leonardo Pico. Pero esta noche él volverá a ser esa bisagra invisible alrededor de la cual el brillo de nuestros talentosos nos ayudará a encontrar un nuevo boleto al Mundial.


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